lunes, 24 de junio de 2024

MISCELÁNEA PARA PENSAR..

Leo el artículo, creo que mensual, de Ignacio Echevarría en CTXT (21-6-24), es como una bitácora o diario de comentarios y reflexiones sobre cultura y política. Abundan agudas observaciones de la realidad, lo recorro no queriendo que termine, no hay línea en balde. Destaco: Describe el talante de un diputado catalán en las Cortes de Madrid, Gabriel Rufián, obviamente detestado por la bancada derechista, del Partido Popular hacia la derecha extrema: "Agradezco que apenas eche un vistazo a sus papeles. Esa sensación de peligro que siempre genera. Esa forma tan suya de interpelar, de tocar las narices, de irritar sin acaloramiento ni violencia, siempre con tranquilidad, con sorna soterrada...".

Una cita  del literato francés Paul Valéry, una frase que no deja de alborotar mi cabeza: "¿la mente humana puede dominar lo que la mente humana ha creado?"...

A raíz de un apunte sobre las dos guerras actuales, Ucrania y Gaza; bueno, guerra en el primer caso, genocidio en el segundo, me pone a pensar y rememoro mi anterior escrito: La inmensa mayoría quiere la paz, está en favor de cualquier pronunciamiento del cese de esas catástrofes. En lo que no hay acuerdo es en qué momento y a qué precio...

Por último, una reflexión sobre la tauromaquia: Cada vez hay más opiniones contrarias a la "fiesta de los toros", rescata un juicio del escritor Rafael Sánchez Ferlosio, allá por los años 80 del siglo pasado: Dicen los defensores de las corridas de toros que forman parte de las esencias españolas, habría que ver si esas "esencias deben ser conservadas, averiguar si los españoles deben seguir pareciéndose a sí mismos..." . Una autocrítica válida para todos los nacionalismos, incluido sin la menor duda, el "patriotismo" costarricense...

lunes, 17 de junio de 2024

PENSANDO EN NEGOCIAR EL FIN DE LA GUERRA DE UCRANIA...

 ¿Cómo lograr acelerar que la guerra de Ucrania finalice con una posición negociadora más favorable para este país? Y lo planteo así porque, en lo que puedo concluir, no la puede ganar ninguno de los dos contendientes, pero tampoco pueden perderla. Putin jamás lo admitirá, y para que así fuera la injerencia occidental tendría que ser de un calado que provocaría una sobrerreacción (¿nuclear?) de Putin. Europa no puede permitir que Putin se salga con la suya y amenace otros territorios que considere pertenecen a la imperial Rusia.

El economista Timothy Ash plantea en Project Syndicate del pasado 14 de junio, el decomiso y liquidación de los activos soberanos rusos en Occidente, actualmente sólo congelados, que podrían ascender a 300.000 millones de dólares, lo que permitiría incrementar el suministro actual de unos 8.500 millones a 12.500 millones mensuales, sin afectar al contribuyente europeo y estadounidense que percibe que la guerra es a costa de su bolsillo. Esto es especialmente relevante en la perspectiva de un triunfo de Trump en Estados Unidos, y una mucho menor contribución  de este país a la OTAN.

¿Posibles represalias? Ash estima que escasas, por un lado, porque los activos occidentales en Rusia son muchísimo menores; por otro, considera que China y Arabia Saudita, como principales potencias que podrían oponerse, sus economías dependen mucho de los países occidentales, así como de sus monedas de reserva, dólar y euro,

Este es, a mi entender, el punto crucial para alcanzar la paz, la interdependencia económica: La correcta valoración de los extraordinarios costos de una guerra prolongada frente a los beneficios de profundizar los intercambios comerciales. China señala también en Project Syndicate (14-6-24)  Daniel Gros, cuenta con unos excedentes muy voluminosos, resultado de su superávit exterior y del ahorro familiar interior. Necesitan destino, a no ser que "quiera más ciudades fantasmas y autopistas vacías...". Europa requiere inversión para crear empleo, para no perder más terreno en tecnologías punta, para la transición energética a energías más limpias, para disminuir su dependencia de las cadenas de suministro globales en algunos insumos clave. Europa necesita una China que progrese para destinar un sinfín de exportaciones a una población de cientos de millones de familias que mejoran su renta familiar. 

La ruta correcta, racional, razonable, es clara. ¿O se torcerá por lo peor del género humano?: Ambición rapaz, soberbia, endiosamiento...