domingo, 29 de septiembre de 2013

FORMIDABLES...EN ESPAÑOL...

Iendo en el coche y zappeando emisoras oigo "la chica de humo", en su momento un exitazo de Emanuel, que me gustó mucho. Llego a casa y YouTube me lleva por varias piezas muy buenas, en español (desde diciembre de 2011 no subía música en español, injusto)...Para disfrutar y, seguramente, abrir puertas a recuerdos...


La chica de humo....


Chayanne, "Y tú te vas"...


Ricky Martin, "Te extraño, te olvido"...


Alex Ubago & Amaia Montero, "Sin miedo a nada"...


Rossana, "Si tú no estás aquí"...














martes, 24 de septiembre de 2013

MUTIS, MAQROLL, MARLOW...

La muerte de Alvaro Mutis me hizo rememorar, como imagino a miles de sus lectores, su personaje capital Maqroll el Gaviero. Fue un grato descubrimiento que me movilizó, como siempre hacen en mi ánimo las metáforas viajeras...Me llevó repetidamente a recordar "El corazón de las tinieblas", la cumbre -a mi juicio- de la obra de Joseph Conrad. Del resultado de ese cruce nació un ensayo que voy a adjuntar, muy largo, pero ojalá útil para algún visitante de la blogosfera...

                                 
                                        MAQROLL - MARLOW: Un viaje afín

Este ensayo nació de la lectura de una entrevista que, en una búsqueda por Internet sobre el concepto de realismo mágico, encontré del escritor colombiano Alvaro Mutis (Bogotá, 1923) y en la cual, además del concepto buscado (e impecablemente detectado por Google), hablaba de su personaje Maqroll el Gaviero . La nieve del almirante  (1986) es la primera de las siete novelas que Mutis ha escrito con Maqroll el Gaviero como protagonista. A pregunta de la periodista sobre su paralelismo con El corazón de las tinieblas (1902) de Joseph Conrad, Mutis declaraba admirar a Conrad, pero que la comparación no podía ir mucho más allá de que "las dos describen el remontar de un río" .

En otra entrevista, ya aguijoneado mi interés por Maqroll el Gaviero, tras afirmar que "...a Joseph Conrad lo leí de joven y me fascinó", añadía que si bien "...algunos críticos han querido encontrar paralelismos entre La nieve del almirante y El corazón de las tinieblas (...), lo único que yo hago es escribir sobre lo que me ha pasado o deseara que me pasara" .

En todo caso, la alusión a El corazón de las tinieblas me atrajo, no en vano era ésta una novela que consideraba genuinamente un clásico, por haberla visto citada por variedad de autores y en variados contexos . Además, la tenía -imperdonable- pendiente de lectura, nada menos que desde inicio de los años ochenta ⎯obviamente del siglo pasado⎯, cuando supe que la portentosa Apocalypse Now de Francis F. Coppola estaba inspirada en ella. La reciente reedición, comercialmente titulada Apocalypse Now Redux, no hizo más que aguzar el deseo de degustar la obra conradiana (por cierto que pletórica ya en mi mente de imágenes coppolianas).

Así pues, a pesar del escepticismo de Mutis sobre la intertextualidad de La nieve del almirante y El corazón de las tinieblas, su reiterada declaración de admiración por Conrad  me condujo a querer buscar esos trazos comunes - y disímiles-y, así, disfrutar al alimón de Conrad y del Premio Cervantes del 2001.

La nieve del almirante (en adelante, LNA) es la primera novela de Alvaro Mutis, escrita cuando contaba ya con 63 años de edad. Su protagonista, Maqroll el Gaviero (en adelante MEG) había nacido en sus poemas de juventud y asomó su nombre, en publicación formal, en el Suplemento Dominical de El Espectador de Bogotá. El poema se titulaba "Oración de Maqroll el Gaviero". Posteriormente, protagonizó un libro de poemas, Los elementos del desastre (1953). Una obra "...que podía leerse como una carta de creencia y el resumen de su estética" , dice Juan Villoro en referencia a Mutis.

Maqroll el Gaviero ha protagonizado siete novelas, pero "...me he cuidado de no seguir orden cronológico alguno" , manifiesta Mutis. El nombre Maqroll lo inventó buscando que pudiera ser pronunciado de la misma manera en varios idiomas  y, en cuanto al Gaviero, es "...el marinero que sube a la gavia, la vela más alta, y desde una especie de canasta va anunciando lo que ve", explica el propio autor.

Para su progenitor, MEG es "...un personaje que tiene una filosofia que consiste en dos principios: No juzgar a nadie, ni ninguna situación. Y dejar pasar las cosas. No tratar de mejorar ni al mundo ni a los hombres. Evitar rectificar los caminos que cada cual ha escogido". Maqroll "...no es un aventurero (...) su errancia no es para conocer el mundo: ya no hay mundo que buscar (...) [Maqroll] se busca adentro de sí mismo, se desplaza hacia sí mismo" . Esta postura vital de Maqroll, llevada a cierto extremo, en ciertas circunstancias, provoca críticas como la de Ernesto Gómez Mendoza: "En las narraciones de Mutis hay demasiada renuncia..." .  En La nieve del almirante, como veremos más adelante, encontramos muestras de ello.

En cuanto a la contraparte de este escrito, Teodor Józef Konrad Korzeniowski  (Berdiczew; Polonia -actualmente Ucrania- 1857; Kent, Inglaterra, 1924), se nacionalizó británico en 1886 y unos años después cambió su nombre al universalmente conocido Joseph Conrad. Publicó El corazón de las tinieblas (en adelante, ECT), en 1902. La novela se inspira en la vivencia personal del autor, que viajó al Congo Belga en 1890, como empleado de la Sociedad Anónima Belga para el Comercio en el Alto Congo. Una grave enfermedad puso fin a su estadía africana al cabo de pocos meses, pero resultaron suficientes para que decidiera novelar su experiencia y sus impresiones en lo que  Mario Vargas Llosa ha sintetizado como "...una implacable requisitoria contra el colonialismo y el imperialismo europeos y las monstruosas injusticias que perpetraron en el Africa" .

El protagonista de ECT, Charlie Marlow, marinero como MEG, es capitán de navío y protagonizó otras dos novelas de Conrad: Lord Jim (1900) y Juventud (1902).

El diario y la narración.

La Nieve del Almirante se estructura como un diario, escrito en hojas sueltas, facturas y otra papelería comercial, que el primer narrador reproduce ⎯como si fuera el editor⎯ tras habérselo encontrado en un bosillo de la contratapa de un libro del siglo XIX, que el autor compró en una librería de antiguos en el Barrio Gótico de Barcelona. Tras esta anécdota introductoria, inicia el diario de MEG en su singladura a través del río Xurandó ⎯ficticio, aunque fácilmente imaginable en la cuenca del Amazonas⎯ en busca de unos aserraderos de los que tenía vagas referencias y en los que pensaba comprar madera valiosa, a muy buen precio, para después revenderla. El diario de viaje dura de un 15 de Marzo a un 29 de Junio, de un año desconocido. Así pues, Maqroll es lo que en narratología se denomina un narrador homodiegético .

Asímismo, iniciamos las coincidencias que han emparentado a los autores respectivos: el Marlow de Conrad va a remontar un río en una zona abrumadoramente selvática y su relato se enmarca con un  narrador heterodiegético , que nos ubica en el arranque de la novela y que, ocasionalmente, interviene para describir a Marlow y sus oyentes, que se encuentran en el estuario del Támesis, a la espera de que la marea sea propicia para zarpar. Esta intervención del primer narrador, aunque muy puntual, a diferencia de LNA, en donde en ningún momento interrumpe el Diario, le permite a Conrad tomar mayor distancia de su personaje que en Mutis con su MEG .

Si, al menos explícitamente, el fin del viaje de MEG es negocio, en ECT, la meta de Marlow es localizar a Kurtz, un empleado de la Compañía  del que se ha dejado de tener noticias y, los rumores, apuntan a que se han producido situaciones muy extrañas, perjudiciales para los intereses de la Compañía. Ambas metas están rodeadas de misterio, de enigma, de algo inquietante; ciertamente, más profundos en ECT. Ambos viajes, por otra parte, tendrán un nítido componente hermenéutico: al viaje geográfico se le yuxtapondrá un significativo viaje interior.

¿A qué responden los títulos respectivos? 

A. Mutis en su introducción como primer narrador relata:

Me ha parecido, por otra parte, de elemental equidad que este diario lleve como título el nombre del sitio en donde por mayor tiempo disfrutó Maqroll de una relativa calma y de los cuidados de Flor Estévez, la dueña del lugar y la mujer que mejor supo entenderlo y compartir la desorbitada dimensión de sus sueños y la ardua maraña de su existencia .

 ¿Y en qué consiste ese "lugar"? Nos lo dice MEG: "La historia de la madera la escuché por primera vez en La nieve del almirante, la tienda de Flor Estévez en la cordillera" .

Simbólicamente, ¿a qué responde el título? Es muy sugestiva la hipótesis de Martha Canfield : La nieve del almirante parece combinar una doble aspiración de Maqroll: Ser almirante, máximo nivel jerárquico en la Marina, y residir en la nieve, en la cordillera. De lo primero, sin embargo, no he  hallado indicios en LNA; en cuanto a lo segundo sí hay un auténtico insight de Maqroll, cuando, después de numerosas referencias acuáticas (mar o río), exclama al vislumbrar la cordillera, ya en las zonas altas del Xurandó:

Soy de allí. Cuando salgo de allí empiezo a morir (...) mi verdadera morada está allá  .

El corazón de las tinieblas, en lo geográfico, se refiere a la honda profundidad de las tinieblas en el corazón de la selva del río Congo. En lo metafórico, el corazón es el de los hombres, un corazón que fácilmente cae en tinieblas y vuelve tenebroso al hombre aparentemente civilizado.

Algunas concomitancias secundarias

Marlow atraviesa el Canal de la Mancha para ir a concretar su empleo que lo llevará al Congo, la ciudad es innombrada: "...una ciudad que siempre me ha hecho pensar en un sepulcro blanqueado" ; podría ser plausiblemente Amberes, emporio de los negocios belgas en ultramar.  Como acabamos de ver, la nota al final del Diario de Maqroll, que recién citamos a pie de página, número 17, está firmada en Antwerpen, nombre en lengua flamenca de Amberes.  

Las sendas naves en que nuestros protagonistas se embarcan ⎯eso sí, Marlow como capitán y MEG sólo como pasajero; ambos, por cierto, en estas obras, marineros en agua dulce⎯ se encuentran en deplorable estado, lo que causa permanente preocupación: En LNA, "lucha con asmática terquedad"  contra las corrientes; el motor "...cambia de ritmo a cada rato, lo que nos mantiene en constante estado de incertidumbre" . En ECT, "...aquel cacharro de hojalata..." ; "temía que aquel maldito trasto se diera por vencido en cualquier momento" . Alegoría -atisbamos- del frágil equilibrio de la psique humana, de la volubilidad de su voluntad, del riesgo permanente de encallar .

Dos tripulantes, respectivamente, muestran gran celo y dedicación, identificación podríamos decir, con su labor: En ECT, a subrayar que con descarado racismo, en uno de los pasajes que, a buen seguro, han suscitado las críticas de racismo que se han formulado a la obra, Marlow narra:
..tenía que vigilar al salvaje que teníamos como fogonero. Era un ejemplar perfeccionado (...). Unos pocos meses de entrenamiento habían hecho de él un elemento estupendo(...). Tendría que haber estado aplaudiendo y golpeando el suelo con los pies, y en vez de ello trabajaba duramente (...). Era útil porque había sido instruido... .

En La Nieve del Almirante, Mutis señala del maquinista, también indígena:

Su relación con éste [el motor] es un caso patente de transubstanciación; los dos se confunden y conviven en un mismo esfuerzo: que el lanchón avance .

Y coincide con Conrad en su extrañeza y asombro por las habilidades técnicas de un indígena:
Fascinante la paciente sabiduría con que este indio, salido de las más recónditas regiones de la jungla, consigue identificarse con un mecanismo inventado y perfeccionado en países cuya avanzada civilización descansa casi exclusivamente en la técnica .

 Esa cuidadosa y respetuosa relación con la técnica, ¿no constituye la más prudente guía para reducir el riesgo de que la humanidad extravíe su rumbo, de que se despeñe por la catarata de la demencia?

Hay una alusión común a la insuficiencia del lenguaje verbal, y que por una de esas casualidades de improbable ocurrencia, se encuentran en la misma página, la 92, de las respectivas ediciones que estamos utilizando. En LNA, escribe Mutis refiriéndose a una conversación de Maqroll con el Capitán:

 El tono de su voz, sus gestos, su manera de perderse en largos silencios, contribuyen mucho para hacer de nuestra conversación uno de esos ejercicios en donde no son las palabras las encargadas de comunicar lo que queremos, más bien sirven, por el contrario, de obstáculo y como factor de distracción 

En ECT, en un diálogo entre Marlow y un muy pintoresco personaje fanático seguidor de Kurtz, Conrad señala: 

...esa extraña historia (...) más que relatada, me había sido sugerida por exclamaciones desoladas, encogimientos de hombros, frases interrumpidas, insinuaciones que terminaban en profundos suspiros .

La Selva

Es una protagonista principal, el marco geográfico omnipresente. Estimamos que más que constrastes entre ellas, africana una, americana la otra, lo destacable es, a nuestro juicio, su complementariedad. Varias de las descripciones en LNA anticipan lo que Marlow encontrará, explican en alguna medida la metamorfosis de Kurtz; podríamos decir, benevolentemente, que son atenuantes, jamás justificantes, del terror desatado por éste. Veámoslo:

El Capitán de la nave en la que viaja MEG advierte: "La selva tiene un poder incontrolable sobre la conducta de quienes no han nacido en ella. Los vuelve irritables y suele producir un estado delirante no exento de riesgo" . Maqroll, en otro pasaje: "En este clima sólo las más elementales y sórdidas apetencias subsisten y se abren paso entre el baño de imbecilidad que nos va invadiendo sin remedio" . Más adelante, "...la humedad algodonosa de la selva, que embota los sentidos y distorsiona todo sonido, olor o forma que tratemos de percibir" .

El Mayor que capitanea un regimiento en la región en donde se ubican los aserraderos: "Aquí la inteligencia se embota, el tiempo se confunde, las leyes se olvidan, la alegría se desconoce, la tristeza no cuaja..." . Sin embargo, apuntemos finalmente, el contrapunto que pone el Capitán, ya acostumbrado a la vida cotidiana en la selva: "La selva sólo sirve para acelerar la salida. En sí no tiene nada de inesperado, nada de exótico, nada de sorprendente. Eso son necedades de quienes viven como si fuera para siempre" . Notoria y sabia hibridación. La selva para él es tan normal como para los indígenas...

Marlow, pasando a ECT, formula quizás menos observaciones sobre el entorno selvático. Manifiesta a sus interlocutores que, al capitanear el barco - a diferencia de Maqroll, mero pasajero- no tenía "ni un momento libre" , tenía que estar pendiente de un sinfín de cosas, de "meros incidentes de la superficie" . No obstante, consideramos reflexiona con mayor hondura sobre la, digamos con cierta rimbombancia, dialéctica hombre-selva; sobre todo, a raíz del encuentro con Kurtz. La mirada desconfiada de Marlow hacia la selva "..quietud de una fuerza implacable cerniéndose con una intención inescrutable [que] lo miraba a uno con aspecto vengativo" - la transforma, paranoizadamente, en una selva que lo mira con ansias de venganza. La esencia del miedo: lo desconocido, lo extraño, lo incontrolable. Y, con él, la emergencia de las tinieblas del corazón, la violencia ciega, ejemplarizada en escena monumental: Un barco francés "...disparaba contra los matorrales (...). En la vacía inmensidad de tierra, cielo y agua, allí estaba, incomprensible, disparando contra un continente" .

Y para acabar de caracterizar el miedo, el elemento que faltaba: el diagnóstico de locura en el Otro. Los cánticos, los gritos, los saltos, la agitación entre los indígenas, que Marlow y demás occidentales observaban desde la nave oteando la costa, le lleva a decir: 

Estábamos aislados de la comprensión de todo lo que nos rodeaba; nos deslizábamos como fantasmas, asombrados y secretamente aterrados, como pueden estarlo los hombres cuerdos ante un estallido de entusiasmo en un manicomio .

Las mujeres

Guillermo Saccomanno cita que a Conrad se le ha reprochado "...la endeblez de sus criaturas femeninas" ; sin embargo, apunta que "...Virginia Woolf salió en su defensa apoyándose en que los barcos, en inglés, son femeninos. Según Woolf, los barcos son los mejores retratos femeninos de Conrad" . Tras una considerable perplejidad, concluimos que es un afilado sarcasmo...Efectivamente, no son destacables las mujeres en ECT...

Aparecen tres. La primera, en los inicios de la obra, es la tía de Marlow, que lo ayudará a conseguir el empleo que quiere. Marlow, caballero conservador, a tono con su tiempo, exclama: "Yo, Charlie Marlow, puse a trabajar a las mujeres...para obtener un empleo. ¡Santo cielo!" . ¿Cómo era la tía?: "...encantadora, un alma entusiasta y de gran corazón" . En la escena de la despedida, en que le agradece la fructífera mediación, Conrad desliza una sintética y contundente visión del mundo femenino, para probable espanto de cualquier corriente feminista: "Es extraordinario comprobar cuán lejos de la realidad pueden situarse las mujeres. Viven en un mundo propio, que nunca ha existido, ni existirá jamás. Es demasiado hermoso; si hubiera que construirlo, se derrumbaría antes del primer crepúsculo" . Aunque añade una autocrítica masculina en la que todos coincideremos: "Cualquiera de esos endemoniados hechos, con que nosotros los hombres nos las hemos tenido que ver desde el día de la creación, reapearecería y lo echaría todo a perder" .

Avanzada la novela, ya en los territorios en donde se halla Kurtz, surge una indígena, una genuina amazona, una "...salvaje y deslumbrante aparición" . La descripción física nos parece convencional (telas, flecos, peinado, collares, etc.), la percepción del carácter, a su manera, también: "Era feroz y soberbia, de mirada salvaje y espléndida, había algo siniestro y majestuoso en su lento caminar" . ¿Qué queremos decir con a su manera?: Que refleja esa combinación de fascinación-atracción y temor-rechazo que, a no pocos miembros del género masculino, les provoca la mujer que no calza con estereotipos femeninos.

La tercera y última presencia femenina es la de la prometida de Kurtz, a la que Marlow va a visitar para entregarle un retrato y unas cartas, como excusa, pues en realidad lo que desea es conocer a la mujer del retrato, prometida de un ser tan controvertido como Kurtz. Tenía una capacidad madura para la fidelidad, para un ideal, para el sufrimiento" , lo que inferimos, como cabe pensar hizo Marlow, por el luto que la mujer aún mantenía cuando "...hacía más de un año que él había muerto, más de un año desde que había llegado la noticia" . La estereotipia de la escena huelga de comentarios. Marlow -valiéndonos del tópico- caballero británico, no quiere destrozar a la frágil damisela, más bien "...creí que tenía que contener[la] (...) para la salvación de otra alma" . A ruego de la mujer acerca de cuáles fueron las últimas palabras de su prometido, Marlow no menciona las apocalípticas -nunca mejor dicho, recordando que son asímismo las que cierran Apocalypse Now- palabras finales: "¡Ah, el horror! ¡El horror!" , sino que opta por un -dentro de lo dramático de la situación- happy end que haría las delicias de los guionistas habituales de Hollywood: "La última palabra que pronunció fue su nombre" ...

En La nieve del almirante, la protagonista femenina implícita, aludida en varias oportunidades por MEG, pero sin llegar a intervenir nunca, se llama Flor Estévez, que, recordemos, es la destinataria del Diario de Maqroll . Antes de abundar en ello, señalar que la única mujer que aparece en esta obra de Mutis es una indígena que, junto a su esposo y dos hijos, viaja durante unos días en el lanchón. Suben en la noche del 18 de Marzo, siguiendo las anotaciones del Diario, y en la segunda noche, consignada en el apunte del día 21, cuando Maqroll dormía, "...un olor a limo en descomposición (...), insoportable"  lo despertó; abrió los ojos, "...la india estaba mirándome fijamente y sonriendo con malicia que tenía algo de carnívoro, pero al mismo tiempo de una inocencia nauseabunda. Puso su mano en mi sexo y comenzó a acariciarme" . Mientras tanto, el marido estaba penetrando a otro viajero, "...el eslavo", que luego "...penetró a su vez"  al indio, quien emitía un "quejido que nada tenía de humano" . En la noche siguiente, "el eslavo se llevó (...) a la india a su hamaca, y esta mañana amaneció otra vez con el indio que dormía abrazado sobre él" ...

Confesamos no tener la menor idea sobre los hábitos sexuales de los indígenas de esta, presumiblemente, región amazónica; pero, una de dos, o son de una promiscuidad bochornosa o a Mutis se le fue la mano fantaseando con los pobres -y malolientes (Maqroll vomita después de la copulación )- indígenas. 

Flor Estévez, quien entregó sus ahorros a  MEG para su proyecto maderero, es una mujer muy amada y admirada por Maqroll. Sus sentimientos se condensan en una reveladora carta que escribe en su Diario, ya cerca del final de su aventura. Una epístola que escribe "sin otro propósito que sentirla cercana" , "...hablar un rato para descansar mi ansiedad y alimentar mi esperanza" . El trato es, a la vez, muy respetuoso - de usted-, colmado de afecto y no exento de intimidad. Su admiración queda resumida en uno de los párrafos finales, abiertamente feminista: 

Más se aprende al lado de una mujer de sus cualidades, que trasegando caminos y liándose con las gentes cuyo trato sólo deja la triste secuela de su desorden y las pequeñas miserias de su ambición .

Flor es una mujer que apunta reunir ese conjunto de versátiles cualidades que el hombre aspira encontrar en la mujer: la amiga-compañera con la que dialogar y compartir alegrías y tristezas; la amante entregada y diestra en las lides amatorias y, también, ¿para alarma de psicoanalistas?, la madre protectora de ese niño que -creemos- nunca deja de ser el hombre, quizás nunca desaparece por completo de su ser.

El lugar que Flor Estévez tiene en el corazón del Gaviero no responde a la belleza o al placer, sino a la profundidad de la amistad, a la complicidad alcanzada, tejida sobre todo con transparencia y lealtad ...

 Maqroll - Marlow: cara a cara.

Ya en los albores de este trabajo (v.p.2), apuntaba la valoración de Mutis sobre la filosofía vital de su criatura: "No juzgar a nadie, ni ninguna situación. Y dejar pasar las cosas". Consuelo Hernández ahonda: "...se acomoda y cae a veces en un escepticismo o en un nihilismo nefasto" . Añado esta otra palmaria declaración acerca de que cuando siente incertidumbre y temor, anhela la llegada de la "...indiferencia bienhechora que todo lo subsana" . La indiferencia en la que todos vamos cayendo, demasiado ocupados, y pre-ocupados, por alcanzar nuestras metas, sean de índole económica, académica, política, etc, y que nos hace pensar en el sentido de las lacónicas palabras de Gabriel García Márquez sobre Maqroll: "Maqroll somos todos" .

En una perspectiva psicoanalítica, MEG padece de compulsión a la repetición : 

Me intriga sobremanera la forma como se repiten en mi vida estas caídas, estas decisiones erróneas desde su inicio, estos callejones sin salida cuya suma vendría a ser la historia de mi existencia .

Trata de esquivar la realidad desalentadora, "...ajustándo[la] engañosamente a la medida de mis deseos, "librándose a una "...cadena de postergaciones, descuidos e inadvertencias" . O sea, que nuestro Gaviero es, incontestablemente, carne de diván, cuyo viaje ¿terapéutico?  pretende suplir con sucesivas embarcadas (dicho en su sentido literal y en el figurado que es popular en Costa Rica, y de indiscutible vigencia en boca del actual Presidente de la República).

Conrad, deseando denunciar lo incivilizatorio del proceso colonizador supuestamente civilizatorio, ofrece un Marlow intensamente ideológico, en comparación del indiferente y ensimismado Maqroll. El personaje conradiano lanza una mirada típicamente modernista -aunque no deslumbrada- frente a la postmodernista del Gaviero. Más que eurocéntrica, es anglocéntrica, como podía esperarse. Colonialista, en uno u otro caso,  omite referirse al colonialismo británico: Los hechos suceden en el Congo Belga y el viaje previo hasta este país lo hace en un vapor francés, "...que hizo escala en todos los malditos puertos que tienen por allí"  y, apostilla, en lo que constituye una notable síntesis de la colonización: "...con el único propósito, según pude percibir, de desembarcar soldados y aduaneros" .

Razonemos un poco esas etiquetas: Un Marlow modernista. Baste como revelador botón de muestra la siguiente cita: "Lo que a nosotros nos salva es la eficiencia..., el culto por la eficiencia" ; aunque no deslumbrado por la modernidad: No olvidemos de dónde venimos, quiénes fuimos: 

...la oscuridad reinaba aquí aún ayer" . La empresa colonizadora ha sido "pura opresión", "pillaje", "alevoso asesinato a gran escala" . Sin embargo, la conquista -inferimos que la británica- se puede justificar por "una idea que la sostiene (...) y una creencia desinteresada en esa idea, y ante lo que uno puede postrarse y ofrecerse en sacrificio... .

Un Gaviero postmoderno, como "estructura de sentimiento" , esto es, "como una forma de aprehender y experimentar el mundo y nuestra ubicación, o desubicación, en él" . Parafraseando a Hebdige : sin totalizaciones, sin seguridades, sin utopías. Un Maqroll del que no conocemos su identidad: ni nación, ni etnia, ni religión...

Ambos personajes, en todo caso, no abandonan una postura común de espectadores; muestran rasgos de flâneurs  en su deambular -aunque no sea urbano, marco por antonomasia del flâneur-  se muestran como observadores atentos, como constructores de caracteres: Sánchez-Ostiz cataloga a Marlow como un "especialista en darle vueltas a los destinos ajenos" . Maqroll da muestras abundantes en su Diario.

El viaje interior, de Marlow es intenso, lo anticipa en los primeros compases de su travesía, bajando por la costa africana: 

Durante algún tiempo sentía que pertenecía aún a un mundo de hechos claros y distintos, pero esta creencia no duraría mucho .

  Maqroll nos dice en clave homérica que la aventura, el viaje en sí, fue el aprendizaje: "...termino siempre por consolarme pensando que en la aventura misma estaba el premio" . Para  Marlow, eso es cierto; pero la meta, conocer a Kurtz, conocer el corazón de las tinieblas, fue trascendental. Para  Maqroll, la meta fue una decepción, nada menos que "...un espejismo edificado con restos de rumores" 

Kurtz -y eso es lo que da inmortalidad a la novela de Conrad- es la antítesis de un espejismo. Una metáfora universal sobre el frágil equilibrio de lo que llamamos civilización, que nos pone alerta frente a la intolerancia maniqueísta. "Toda Europa participó en la creación de Kurtz" , clama Marlow, antes de dos Guerras Mundiales, antes del surgimiento de la versión más perfeccionada de Kurtz: el nazismo. Y, Kurtz, en definitiva, y para acabar, ¿no campa hoy por hoy en Irak?  •





martes, 10 de septiembre de 2013

DEL SEXO AL AMOR Y VICEVERSA...

Muy poco rato después de finalizar mi entrada de ayer sobre la derrota olímpica de Madrid, me llama un amigo para decirme que quiere contarme algo, muy confidencial, que nos tomemos un par de cervezas.

Está teniendo un amorío, un love affaire. Mientras lo escucho me viene a la mente, fulminante, alguna de las reflexiones que Margarite Yourcenar pone en boca del emperador Adriano en su novelada autobiografía "Memorias de Adriano" (ver entrada en donde reproduzco el ensayo que sobre esta obra hice en mi doctorado, mes de junio de 2009, fecha de inicio del blog). Al rememorar su vida amorosa, Adriano establece una especie de filosofía del amor, fascinante, extraigo unos pensamientos: 

"El juego misterioso que va del amor a un cuerpo al amor de una persona me ha parecido lo bastante bello como para consagrarle parte de mi vida (...) la razón se confunde frente al prodigio del amor, frente a esa extraña obsesión por la cual la carne (...) puede llegar a inspirarnos un deseo tan apasionado de caricias, simplemente porque está animada por una individualidad diferente de la nuestra y porque presenta ciertos lineamientos de belleza sobre los cuales, por lo demás, los mejores jueces no se han puesto de acuerdo...".

Adriano se intriga por este misterio de la metamorfosis de un intercambio erótico, carnal, en sentimiento amoroso, el enamoramiento...Eso a su vez, me lleva a la famosa conclusión del Informe Hite sobre sexualidad: "El hombre da amor por sexo y la mujer da sexo por amor"... Claro, muy esquemática y por lo tanto abierta a tremenda polémica; pero seguro, con la que se identificarán muchas, y muchos. Por otra parte, en su primera versión, data de los años setenta y las cosas han cambiado enormemente. Cada quien tendrá su bagaje de experiencias, propias y contadas. Creo que la mujer ha evolucionado sensiblemente por una combinación de debilitamiento de las represiones, más seguridad reproductiva y, ayayay, decepción con los hombres...

lunes, 9 de septiembre de 2013

LA COMPRENSIBLE -Y PROVECHOSA- DERROTA DE LA CANDIDATURA OLÍMPICA MADRID 2020.

Pasó la euforia, se disipó el espejismo. La realidad es que Madrid ha sido derrotada por tercera vez consecutiva (cuarta en toda su historia) como ciudad candidata a albergar unos Juegos Olímpicos.

Leo artículos de opinión al respecto, y también algunos comentarios de los internautas, y me quedo con la favorable impresión de que esa bofetada del Comité Olímpico Internacional servirá para reavivar la imprescindible autocrítica sobre las debilidades políticas, sociales y económicas que asuelan España, y así se ha evitado una nueva huída hacia adelante, encabezada por una clase política inepta y corrupta -en la que es hegemónica la derecha que representa el Partido Popular- que se hubiera afianzado con el respaldo de la ONU deportiva...

Más humildad y correlativa mengua de la soberbia, excelente binomio para empezar la regeneración de la sociedad española e ir dejando atrás los simulacros de toda índole que el tiempo -¡ese gran escultor¡ como dijera el poeta- deja al desnudo, pronto o tarde...

Una ciudad con siete mil millones de euros de deuda, casi la misma que todos los municipios españoles restantes, con una alcaldesa como la sra. Ana Botella de Aznar, de la que me ahorro cualquier calificativo y les remito a los variados videos disponibles en YouTube, para que puedan apreciar sus irrisorias destrezas comunicativas, reflejo de su formación política y gerencial, y de la cual lo más destacable es su apellido de casada.

La capital de un país gobernado por un partido implicado en una vasta y densa red de pagos ilegales y financiamientos irregulares, que salpican a toda su cúpula organizativa; con seis millones de parados, la mitad de los cuales ya por debajo del umbral de la pobreza por lo prolongado de su crítica situación. Un país, extraigo de los artículos consultados- "quebrado", "arruinado", "postrado", "desprestigiado"...

Hay excepciones, sin duda, que rozan lo surrealista y, desgraciadamente, persisten en la manía persecutoria: "La conclusión pues, es que el Olimpismo, su 'establishment', no quiere a Madrid" (Orfeo Suárez, El Mundo, 8-9-13). Confiemos que sea un parecer minoritario, si no habrá que aplicarles un dicho tico tan sencillo como expresivo: "...sigan durmiendo de ese lado...".

sábado, 7 de septiembre de 2013

DE NUEVO LOS FORMIDABLES 80'S...

En una celebración de egresados con karaoke incluido, hablando de música surgen canciones preferidas, alguna coincidencia y, entre otras, varias de la década prodigiosa, los ochentas...

Además siempre tienen buen rating las páginas musicales, ahí van veinte minutos románticos, sublimes...

Cutting crews: I just died in your arms


Paul Young: Everytime you go away...


Journey: Open arms (subtitulada)


Heart: Alone (subtitulada y en vivo)


R.E.M: Everybody Hurts (subtitulada)