viernes, 17 de abril de 2020

ODA AL AMOR...(en tiempos del covid-19)


Con la firma JdT recibo esta reflexión sobre el amor...un estilo peculiar de prosa con aliento poético...

Yo pensaba que el amor debía de ser mágico y que todo era alegría, pero al cabo del tiempo experimenté que tras esa palabra se esconde el dolor más fuerte...

Aún con el transcurrir de las vivencias, me entero que todo no podía limitarse a un sopesarlas, y dejé de lado lo que podría ser ese sentimiento que embriaga a las masas...

De pronto, la vida me golpeó, y sí, me refiero a ese sentir como una bofetada que me despertó del letargo de una idealización del sentimiento, con tal fuerza entrañable que me arrebató los miedos, me desnudó (y desdudó) completa, acentuó mi no perfecta, pero sincera sonrisa, y con dolor incandescente puso luz en mi mirada, cegando así para siempre todo escenario cataclísmico del verbo en toda su esencia; se inoculó entre la sangre de mis venas y causó ebullición con coraje para despertar... Despertar de un idealismo heredado, de una concepción adquirida, de un apego infundido por medios ajenos al latir de mi propio corazón...

Fue tan fuerte su sutil y contundente toque que la transfiguración de mi ser dejó verme a la sombra de sus alas, templando escalofríos, humedeciendo la aridez. Susurrante y contemplativo configuró un nuevo amanecer interior.

Amar, qué lindo que suena; pero la verdad, una vez que nace el amor, es un diario quehacer, es lidiar con la velocidad de la luz cuando siento la suavidad de tus besos entrelazados con el paladar, y la letárgica espera del acariciar la luna que está deslizándose en el horizonte de tu espalda...

El amor se volvió una tentación, una adicción, una obsesión, una desesperación, una locura que, dentro de una pacificadora -pero ambigua- sensación de querer darlo todo, recibir todo, se tonifica como la razón para mantenerme firme, sostenerme en el borde de la demencia, soportar las circunstancias que definirían la eternidad del fuego que prende mis ganas de vivir...

El amor podría definirse de múltiples formas, cientos de versiones literarias, miles de manifestaciones pasionales, millones de experiencias sensoriales, pero para mi, mirándote, el amor son siglos, el amor es tu mirada miel avellana, es la sonrisa espontánea que me mueve a conquistar el mundo con tal de volver a contemplarla, es el sonido de tu respiración cuando te despides a tus sueños o la más galopante al extasiarte en mis caderas. Es verte saborear tus irrenunciables placeres del dulce, son tus anécdotas del devenir de tus años hasta llegar a la estación para proseguir nuestros viaje juntos a Itaca...Son las brillantes intervenciones en las pláticas del atardecer, es tu recodo griego que me domina, es el aglomerado de atención que me brindas, es saber que existes y que no estoy perdiendo la razón ni la fe. Es, para un corazón herido, sentir que no duele latir por vos...

Un final predecible sería decir que te amo, pero no podría pronunciarlo, no hoy, no ahora... Porque lo que siento por vos es básicamente todo de vos, y vos...eres más de lo que tanto se ha dicho del amor...