martes, 31 de marzo de 2015

EL EMPUJONCITO HACIA LA LOCURA...

Hay fiestas que, por dicha, lo son sólo una vez al año...Corresponde sentirse feliz y, sobre todo, mostrarlo, aunque por dentro, como dice Dexter en una celebración de Acción de Gracias, todos los sentados alrededor de la mesa son pequeñas bombas de tiempo que, desafortunadas circunstancias, pueden hacer estallar.

O, como dice otro héroe del lado oscuro, El Joker: Un pequeño empujoncito basta para pasar de la civilización a la barbarie...O para que un tripulante decida estrellar un avión contra una montaña...

jueves, 26 de marzo de 2015

EL DESENCANTO...

Varias veces en los últimos días me ha venido a la mente esta palabra y, con ella, el documental biográfico sobre el poeta Leopoldo Panero, película con una propuesta muy original -y muy elogiada- de Jaime Chávarri, de 1.976.

Recuerdo con bastante nitidez una reflexión final que dejó cuando le preguntaron, a modo de conclusión sobre su vida, si se sentía desencantado: "No... para estar desencantado hay que haber estado primero encantado, y yo no lo he estado...".

RETRATO DEL TICO...

A cargo del sr. Ministro de Obras Públicas y Transporte, D. Carlos Segnini, un señor que me parece muy inteligente, capaz y que está en la política para tratar de mejorar el país. Citas de la entrevista de ayer en La Nación:

"La idiosincrasia del costarricense es de poca disciplina, al costarricense no le gusta ordenarse (...) todos quieren tener los mayores beneficios al menor esfuerzo...".

Acerca del proyecto de cerrar el  CONAVI y crear un Instituto Nacional de Infraestructura (que interpreto como hacer borrón y cuenta nueva con una institución desprestigiadísima): "Cuando esté listo se los contamos, no quiero especulaciones sobre este tema, porque si uno dice dos o cuatro atisbos de por dónde va la cosa, empiezan a destruirla...".

Le deseo paciencia y perseverancia.

jueves, 12 de marzo de 2015

"IDA": A LA BÚSQUEDA DEL SENTIDO DE LA VIDA...

Contenida en su expresión, sobria en su fotografía en blanco y negro, brillante en su capacidad explicativa (en menos de noventa minutos), Ida es una película muy recomendable, aparte de lo señalado, por su capacidad para provocar la reflexión (como tantas otras veces apunto, no es cine para entrar con palomitas y nachos), dilatada y profunda como suele suceder al rememorar la mayor catástrofe en la historia de la humanidad: El genocidio nazi.

En Ida el bisturí cae, uno, en la conducta de supuestos cristianos con sus congéneres judíos; dos, en otra catástrofe socio-política: Vencer al nazismo y caer en el estalinismo... En el plano propiamente individual, Ida pondrá a prueba, justo antes de ratificar sus votos de novicia, su vocación de entrega en cuerpo y alma a la vida conventual.

El cariz y el calado de las experiencias que vive Ida, en apenas una semana, tanto en el plano social como en el íntimo, tienen suficiente hondura como para permitirle confirmar o no su entrega a un proyecto de vida determinado.

El cuadro que nos presenta el director, Pawel Pawlikowski -premiado con el Oscar a mejor película extranjera-, logra provocar en el espectador interrogantes significativos, más allá de que la acción transcurra en la Polonia de 1.961. Un logro de auténtico arte.

lunes, 2 de marzo de 2015

ARTE: UN BAÑO DE REALIDAD A PARTIR DE LA FICCIÓN..."DOS DÍAS, UNA NOCHE".

En este concepto de arte pensé al ver la sobria y afilada Dos días, una noche de los belgas Jean Pierre y Luc Dardenne. En hora y media nos narran una historia cotidiana en una zona industrial y desarrollada de una ciudad belga. Un nivel de vida en crisis, sustentado en buena parte en deudas que te comprometen económica y moralmente.

Mantener el empleo se ha convertido en algo crucial, pues perderlo abre un abismo al tener que enfrentarse a un mercado laboral hundido; uno, por la transferencia de industrias a países asiáticos de mano de obra mucho más barata; dos, por las mejoras de productividad por la incorporación de tecnología, y tres, simplemente, explotando -¡ay Marx si levantaras la cabeza!- un poco más a los empleados.

En estas circunstancias, las conductas individualistas predominan sobre las consideraciones de solidaridad. El frente empresarial es monolítico: Productividad y rentabilidad son el mantra único. En la vertiente obrera hay división, fragmentación, un desgarro entre el imperativo de las cuentas a pagar mes a mes, y la identificación con el compañero que vive en similares condiciones, pero que no deja de ser un rival en el ámbito laboral.

Una fricción además que, fácilmente, nace y se reproduce en el hogar, como muy bien apunta la película: El cónyuge del trabajador, que no vive diariamente codo con codo con los compañeros, es muy probable que se incline por las prioridades que hay en el seno de la familia. Germen de desacuerdo, de inestabilidad en la pareja.

Nada es irremediable ni irreversible nos dice la película; pero, en forma realista, también nos dice que habrán perdedores...

PS: Hacía tiempo que quería volver a ver Cabaret, la obra maestra de Bob Fosse ambientada en el Berlín de inicios de los años treinta. Tal vez no fuera del todo casualidad que decidiera verla este mismo fin de semana...: ¿A quién pertenece el futuro?...