Análisis estratégico sin desperdicio de Moussa Bourekba del CIDOB (*) describiendo cómo ha sobrevivido Al Qaeda, al cumplirse diez años de la muerte de su líder Osama Bin Laden. La organización terrorista no ha desaparecido, al contrario, se ha fortalecido con una doble estrategia: Por un lado, la descentralización con la creación de células locales ("franquicias") con capacidad para golpear localmente (el célebre eslogan de la globalización: piensa global, actúa local), haciendo de la "amenaza" de la persecución a sus líderes jerárquicos y centralizados, una "oportunidad" (entrecomillado por aquello del análisis FODA) de "extensión de la marca"...
Así pues, el segundo giro estratégico, la adaptabilidad a los retos de la lucha antiterrosrista encabezada por los Estados Unidos: Objetivos de menor repercusión global, pero más alcanzables con precisión y ajustados a distintas realidades político-nacionales (Siria, Yemen, Malí, Somalia, Sudán, etc.) para ir expandiéndose en esos disímiles territorios.
Concluye el autor que "la erradicación de la organización se asemeja cada vez más a un sueño imposible".
Trasladándonos al ámbito empresarial, las dos lecciones son claras: Descentralización para aprovechar oportunidades locales con agilidad. Flexibilidad para adaptarse a las particularidades de cada mercado y sus distintos retos competitivos. Y añado: ¿Cómo lograr suficiente integración para mantener cohesionada una organización fuertemente descentralizada y amenazada? Primero, por una cultura organizacional sólida cuyos fundamentos son una misión y una visión fuertes y creíbles (al menos para sus miembros), en este caso, basadas, sobra decirlo, en el antivalor de la violencia, del asesinato como instrumento para alcanzar los fines políticos. Segundo, el liderazgo. El sucesor de Bin Laden, Al Zawahari -parece desprenderse del artículo- ha sabido delegar, empoderar, capacitar a líderes locales para la expansión de la organización, sin fragmentarse por causa de personalismos, que agrietan una organización cuando el "factor humano" cede a la soberbia individual, y pierde de vista el objetivo común y la razón de ser de la organización.
(*) CIDOB, centro de investigación en relaciones internacionales con sede en Barcelona. Artículo de la publicación CIDOB Opinión, 5 de mayo de 2021.