sábado, 29 de junio de 2019

CONVERSACIÓN CON DÑA. JUANA...

En la cafetería preferida (y única de encuentro):

Ella: - Cómo lo siento que el viernes no nos pudiéramos ver, pero ya había organizado esa cenita...

Él: - No te preocupés, para nada. Normalmente ya sé que me dirás que no puedes, entonces en una propuesta improvisada sabía que mis posibilidades no superaban el uno por ciento...

- Ojalá la próxima vez sí podamos los dos...

- Vamos a ver: Mi razón tiene las cosas muy claras. Para vos es suficiente vernos aquí cuando de tanto en tanto coincidimos y conversamos, diez quince minutos. Pero es mi corazón el terco, como buen Tauro, que insiste, "llámala, envíale un whatsapp...". Le ha dado duro al pobre, trato de convencerlo; pero ni modo, vamos  a ver cuándo desiste definitivamente, yo creo que la gaveta de noes está repleta...

Silencio, ella dibuja una medio sonrisa nerviosa, levanta las cejas, suspira levemente, siente que algo ha de decir...

- Está siendo una temporada difícil, con mucho trabajo y pocos resultados; algún proyecto nuevo no acaba de arrancar y exige tiempo...

- Descuida, como te digo lo tengo claro y los sentimientos no se pueden forzar, son los que son. Sólo cabe respetarlos. El irrespeto es el que lleva a no poder sostener ni un mínimo, digámosle, de amistad...

- Qué dicha que lo asumás así, lo valoro mucho...Bueno, he de marchar, me esperan para una cita en la oficina a las tres...Ciao.

- Ciao.

Y él se queda pensando: Qué buen trabajo hiciste de seducción y abandono. No os falta razón -o razones- a muchas mujeres para que actuéis así, a lo Don Juan, pero en femenino. Me intriga, ¿lo hacéis por temor o por despecho? Supongo que, como tantas veces en la vida, las cosas no son en blanco y negro, sino una combinación de ambos...

Se levanta y va para la caja, cavila por enésima vez: He de dejar de venir aquí...pero es todo tan rico...y las chicas me atienden no sólo bien, sino con genuino afecto...y no están los tiempos para ir botándolo...

viernes, 28 de junio de 2019

A LOS ITALIANOS...

La aplicación Blogger que permite mantener este blog suministra un paquete estadístico muy interesante que permite al titular conocer qué entradas son más visitadas y desde qué países, entre otros datos. Hace meses, tal vez cerca de medio año, que desde Italia aparecen más de cien páginas semanales consultadas. Me encantaría saber algo más de estos tan asiduos y fieles visitantes, conocer sus comentarios o sugerencias.

En cualquier caso, mi agradecimiento.


lunes, 24 de junio de 2019

DE LA FILOSOFÍA A "BIG LITTLE LIES"...

Leo un artículo bello y erudito del filósofo Gabriel Albiac, en ABC ("Conversación en Tel-Aviv", 23-6-19), prensa de Madrid que, he de repetirlo para los que se acercan por primera vez al blog, cuenta con colaboradores que es realmente sugestivo leer...hasta que hablan de Cataluña y, casi sin excepción, lo hacen con miopía y soberbia... por eso pueden escribir en esas cabeceras de la capital, a cual más derechista y nacionalista (española, único nacionalismo permitido): ABC, La Razón y El Mundo.

En este caso no hay mención a la situación catalana, y puedo acabar de leer el artículo, tan sensible y atinado, sin necesidad de respirar hondo para lograr terminarlo. Al contrario, nos explica que, por fin, recordó completa una cita del filósofo Schelling, de 1.825, profunda y lúcida. Al inicio de su escrito la cita es parcial: "...es duro alejarse de la última orilla...".

Y ahí emergió, de nuevo, como me ha sucedido repetidamente desde ayer al acabar de verla, "Big little lies". Recién ha iniciado la segunda temporada, y por este motivo se han hecho comentarios muy elogiosos de la primera, que me pasó desapercibida...decidí adquirirla en mi habitual y eficiente proveedor de dvd's (no me he incorporado aún a la galaxia Netflix)...

Al leer esa referencia a "la última orilla", me he puesto a pensar: Hay repetidas y espléndidas vistas -desde el arranque de los créditos con esa canción sublime de Michael Kiwanuka (Cold little heart)- de la península de Monterey, California, en donde sucede la trama. Pero me doy cuenta de que, prácticamente en toda la serie nadie aparece bañándose en ese fastuoso Océano Pacífico (que tanto amo en su trocito costarricense)...hasta el puro final...después de que ha visitado esa comunidad -Monterey- recargada de tensiones, en medio de una más que apacible comodidad material, una visitante que más de uno y de una estaban convocando: La muerte.

La dimensión de esa tragedia final libera, todos parecen tomar conciencia de lo sucedido, más bien, de cómo pudo llegar ese desenlace sangriento. Por fin nadie se aleja, en este caso, de la última orilla, la cruzan de la mano de los niños, logran disfrutar de lo mejor que tienen a la par, ese océano ilimitado, símbolo de liberación...

Ahí va ese inicio tan inspirado e inspirador...




lunes, 17 de junio de 2019

CULTURA ORGANIZACIONAL EN EL PAÍS DE LA FELICIDAD...

Debate en clase sobre la tarea, para el viernes 14-6, sobre cultura organizacional en las respectivas instituciones y empresas (pocas, apenas el 15%) en las que trabajan los estudiantes del correspondiente grupo de Maestría Profesional.

En gigantes institucionales como el Ministerio de Educación Pública o la Caja Costarricense de Seguro Social no se puede hablar de una cultura organizacional dada la dispersión de centros de trabajo, ubicación, tamaño y naturaleza de las funciones. No obstante, siguiendo el hilo de lo expuesto en clase - a veces con interesantes expresiones no registradas por escrito- si hay algo que puede caracterizar una cultura organizacional común no es positivo: Primero, se realizan esfuerzos formales por evaluar el clima organizacional, sobre todo con base en encuestas y, ya se saben -al menos en el curso de Conducta del Consumidor dedicamos una sesión al respecto-  las limitaciones de este método de investigación, tan utilizado, tan cómodo, tan versátil y tan susceptible a múltiples deficiencias. 

Si surgen críticas son porcentualmente bajas; si no lo son tanto aparecerán presiones más o menos explícitas, más o menos veladas, para que eso no vuelva a ocurrir. El resultado es que no hay cambios pues no llega a reconocerse abiertamente la existencia de un problema, en particular en la forma de ejercer la autoridad -nulo liderazgo- que es tan perjudicial tanto para los colaboradores como para la institución..

Si la situación llega a agravarse por lo ostensible de las faltas, los implicados se aferran a sus puestos y empiezan las invocaciones a los sacrosantos procedimientos -debido proceso y búsqueda de alcahuetería sindical, que así justifica su existencia- que puede que, en cuestión prácticamente de años, desemboque en alguna decisión trascendental, y con ello quiero decir que no sea alguna modalidad de palanganeo o de reubicación que, de hecho, favorece al infractor y sigue intoxicando a la organización.

Un segundo factor que pareciera recorre lo común de la cultura institucional pública es la brecha generacional: Un segmento de funcionarios de un rango de 50-55 años y más, con fácilmente 25-30 años de antigüedad: Han acumulado unas remuneraciones exorbitantes, rehuyen cualquier cambio y ven con recelo a los que suben, con un perfil profesional superior al suyo, que los deje en evidencia. Por otro lado,  un segmento en torno a los 30 años, con no más de 5 de antigüedad, con ganas de cambiar y agilizar las funciones, aplicar lo estudiado en las universidades, muy preparados en tecnología digital. Terror para el segmento viejo, que bien merecido se tienen el apelativo.

Tercero y último: Los puestos de confianza, botín político. Ahí los nombramientos sólo por casualidad se ajustan a criterios de selección propios de una buena práctica administrativa-gerencial. Claro que hay excepciones, pero cuidadín con querer cambiar mucho las cosas pues el segmento de mandos intermedios (no el joven, sí muy probablemente el viejo, recién descritos) se encargarán de obstaculizar lo que pueda afectar sus amplias zonas de confort...

Eva - representante del segmento joven- resume en una forma tan sintética como inquietante cómo se sienten muchos funcionarios: Vivimos bajo amenaza...





viernes, 7 de junio de 2019

GREMLINS 2...¿?

Sí, vi Gremlins 2 (Joe Dante, EE.UU, 1.990). Con sorpresa para mí, la citaba un artículo de hace más o menos una semana, que no recuerdo cuál era de entre mis lecturas cotidianas, apuntando que tenía algunas referencias críticas, cáusticas, en medio de la anarquía desencadenada por los gremlins. Y, efectivamente, empezando porque uno de los protagonistas es un magnate de la construcción de Nueva York llamado Daniel Clump (¿les suena?) cuyo nivel de inteligencia emocional es irrisorio. Demoledoras las escenas en el laboratorio de manipulación genética. Y muy incisiva la entrevista a un gremlin que -vía ingesta de uno de los brebajes del laboratorio- no sólo habla, sino que además lo hace como un "intelectual": Le preguntan, ¿qué buscan ustedes gremlins, qué pretenden? Respuesta: Ser como ustedes, una civilización, y añade lúcidamente algunos rasgos de lo que somos en realidad: una no-civilización...