Blow-up (Michelangelo Antonioni, Italia, 1966) representó, hasta donde yo conozco, una primera -y genial- reflexión cinematográfica sobre el poder de la imagen no sólo, claro está, para reflejar la realidad, sino también para cambiar su percepción: Una fotografía convencional en un parque, ampliada sucesivamente, muestra un bulto extraño, un cadaver...
La escena final me ha resultado inolvidable, de esas escenas -tal vez hoy mismo hago una primera entrada sobre ellas- que de tanto en tanto, inopinadamente, me viene a la mente como un flash: Un grupo de jóvenes están en un parque representando mímicamente un juego de pelota, digamos tipo voleibol, no lo recuerdo bien. En un momento dado, uno lanza la supuesta pelota con mucha fuerza y todos vuelven a ver que se ha ido por encima de la valla...El protagonista de la película -el fotógrafo- que está viendo la escena queda perplejo unos instantes pues todos lo miran pidiéndole que les devuelva el balón. Titubea, pero sí, la realidad a la que debe de responder no es la de su supuesta objetividad -en esta oportunidad, realmente objetiva, de que no hay pelota-, sino la subjetividad -en este caso, muy respetable porque no afecta la libertad de otros- de sus congéneres...
Me vino a la mente todo eso anoche, tras ver War story (Mark Jackson, EE.UU, 2014): Una fotógrafa de guerra (Lee) acaba de ser testigo del ajusticiamiento de su compañero de tareas -y también sentimental-, ella sale malherida; no se explicita en la película qué torturas pudo sufrir, pero sobrevivió y se encuentra en Italia. Ahí quiere ayudar a una refugiada norteafricana (Haifsa), de los centenares que llegan a las costas de Italia en frágiles embarcaciones, huyendo de sus países de origen. En determinado momento -no concreto cuál para posibles videoespectadores- Haifsa decide abandonar a Lee. La reacción de ésta pasa a formar parte de esas escenas de impacto que no se borrarán: Ante el golpe emocional que recibe, añadido al que acaba de vivir, la realidad se hace insoportable, sólo hay una forma de sobrellevarla, de asumirla: fotografiarla...