jueves, 28 de abril de 2016

"EL HIJO DE SAÚL": UNA JORNADA EN EL INFIERNO...

En los campos de exterminio, la producción era tan elevada que no daban abasto, la ejecución era prácticamente inmediata al ingreso en esos infiernos. A través de la mirada de Saúl ("El hijo de Saúl". László Nemes, Hungria, 2015) recorremos las diversas etapas de la monstruosidad que, no hace tanto, sacudió Europa: Ingreso en las cámaras de gas, recogida de las piezas (en la jerga de los verdugos), incineración y traslado de las cenizas al río más cercano. Limpieza, y paso al turno siguiente. Todas estas tareas las ejecutaban sonderkommandos, judíos también, que prolongaban un tiempo su vida poniéndose al servicio de los jefes nazis.

Como exige el auténtico arte, la realidad es presentada con los sesgos, los matices, la subjetividad en suma que el autor quiere transmitir a su audiencia, la huella que busca imprimirle para que, a partir de su recreación de la realidad, el público pueda reflexionar sobre ella. Y digo auténtico por que considero pseudo-arte limitarse a reproducir la realidad tal cual, apoyándose en los avances de la tecnología, lo que suele conducir al sensacionalismo, al morbo, al simple entretenimiento.

László Nemes nos lleva con su cámara a una constante mirada como de soslayo, el centro es Saúl, nosotros vamos detrás o delante, viendo el horror, escuchando un ruido infernal, como si en realidad quisiéramos sólo entreverlo, no nos tocara otro remedio, no pudiéramos apartar la mirada. Somos testigos, no hace falta poner la cara en frente de la pila de cadáveres.

En medio de una perenne deshumanización, de la más atroz claudicación moral, Saúl quiere un entierro digno para un joven que le conmueve particularmente; pasa a ser su hijo. Semejante aspiración, entre las paredes de un recinto pensado y organizado para matar, sólo puede conducir más aceleradamente a ser ejecutado. Paradójicamente, la muerte llegará fuera del campo, en unas circunstancias que provocan en Saúl, por primera y última vez, una amplia sonrisa. También irremediablemente enigmática. ¿Qué puede pasar por la mente de un ser humano que ha convivido con el mal absoluto?

La auténtica liberación no es salir del campo, pues el campo jamás saldrá de ti. La liberación es la inminencia de la muerte, ya sin miedo.

sábado, 23 de abril de 2016

A PROPÓSITO DE "LA GRAN APUESTA": NOTA TÉCNICA SOBRE LA CRISIS Y LOS CDO'S...

Voy a transcribir algunos párrafos de una conferencia que di (algo de automercadeo he de hacerme de cuando en cuando) en el Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas de Costa Rica (19-7-2013) con el título de "Las nuevas reglas del juego en el tablero de la globalización", en la cual aludía a lo expuesto en "The Big Short":

"El estallido de la crisis, el inicio del peligrosísimo derrumbe del sistema financiero estadounidense y, de ahí, en este mundo tan global e interconectado, al resto del sistema financiero, nadie lo previó; casi nadie. Los pocos que advirtieron de los peligros eran acusados de pesimistas -acallados en medio de las estridentes voces de la euforia- y perfectamente podían perder sus empleos, no convenía asustar a los clientes".

"El sistema financiero, un órgano del sistema económico-social, se ha hipertrofiado y convertido en una especie de fin en sí mismo, en una enfermedad autoinmune que agrede y ataca a partes del cuerpo en vez de protegerlo. Se ha desligado de su función crediticia, de apoyo al crecimiento de la economía real, que es su razón de ser".

"Contando con gran cantidad de efectivo, escasos niveles de retención de encaje, amplia desregulación y bajos tipos de interés (el paquete de la Reserva Federal post 11-S), numerosas y no menores instituciones del sistema financiero estadounidense se lanzaron a ofrecer préstamos hipotecarios a todo quisqui, dicho más técnicamente, a sujetos de crédito dudosos. Hipotecas que pasaron a denominarse subprime. Préstamos de dudoso cobro, pero, con la ceguera de que "todas las propiedades subirán de valor", no problem, si no pagan nos quedamos la propiedad, por supuestisimo, revalorizada; además de que les habremos cobrado, mientras han podido pagar, unos intereses muy superiores al promedio, aparte de las consabidas comisiones y otros gastos; la letra menuda vaya".

"Siendo esto problemático, poco prudente, no fue todo, ni muchísimo menos: Crearon productos financieros derivados, o sea, basados en esas hipotecas subprime, con el aparatoso título de "obligaciones de deuda colateralizada" (CDO por sus siglas en inglés)...nombre ideal para embaucar a tontos o a pasados de listos...Como más de un especialista ha dicho, empaquetaron bonito títulos basura y la vendieron, con el beneplácito -máxima o muy elevada calificación- de las agencias de valoración de riesgo, el flamante oligopolio formado por Standard & Poor's, Moody's y Fitch".

Con el fin de la burbuja especulativa, esto es, el final del vuelo del petardo, las propiedades empezaron a disminuir de valor pues la oferta disponible superaba en mucho la demanda, con ello, disminuyeron de valor los CDO's, iniciándose un efecto contagio: los malos prestamistas contagiaron a los malos financistas que compraron CDO's. Robert Skidelsky, eminente economista inglés, lo explica así: ´Antes de la titulización (creación de CDO's), los bancos conservaban las hipotecas, ahora podían borrarlas de sus libros. Pero el crédito titulizado que se eliminaba del balance de un banco normalmente terminaba en los libros de otro banco (en forma de CDO). Lo que resultó fue un sistema maravilloso para diversificar riesgo bancario individual, pero sólo que magnificando el riesgo de impago de todos los bancos que tenían lo que se dio en llamar deuda tóxica. Como todos los derivados (CDO's) se basaban en los mismos activos, si algo sucedía a esos activos, todos los bancos que poseyeran la deuda se encontrarían en la misma situación´. ("La traición de los economistas" en La Vanguardia, Barcelona, 4-6-2009).

¿LA GRAN APUESTA?...APUESTA A QUE EL SISTEMA PERDURARÁ...

Más allá de los momentos de confusión que el espectador pueda tener con "The Big Short" (Adam McKay, EE.UU. 2015), en los diálogos más de jerga sobre las transacciones financieras sucedidas antes del gran estallido de setiembre de 2008, la película presenta valiosas claves sobre cómo pudo ocurrir esa locura financiera acaecida la década anterior, y cuyas consecuencias dejarán huella por siempre. A vuela pluma:

- Las agencias calificadoras de riesgo de los valores financieros (Standard & Poor's es la citada explícitamente) no querían perder algunos de sus clientes más importantes: los grandes bancos emisores de los CDO's, reiteradamente citados en la película; por ello, no los calificaron nunca a la baja.

- Funcionarios de los entes fiscalizadores del sistema financiero fueron igualmente complacientes en sus supervisiones: Visualizaban su futuro con algún alto cargo en los bancos que supervisaban. Ser un funcionario riguroso suponía una incomodidad que cerraría las puertas a este selecto club de los bancos top de Wall Street.

- Ir contra corriente, esto es, contra la ola irrefrenable de euforia incontenida, te cuesta la reputación profesional y social, seas analista financiero o periodista (muy significativa la breve secuencia de la conversación con el periodista de The Wall Street Journal). Sólo es soportable para quien le importa un bledo lo que piensen los demás, en este caso, el excéntrico y autista Dr. Michael J. Burry. Cuando todos creen que han hallado la infalible manera de hacerse ricos sin crear nada, sólo manipulando papeles (bonos, CDO's, CDS's, etc.), decir -una vez más en la historia de la humanidad- que el rey está desnudo, te augura el más duro ostracismo y/o el diagnóstico de locura.

- Finalmente, nada esencial ha cambiado en el sistema, están dadas las condiciones para que se repita lo sucedido cuando la memoria del crack de 2008 se difumine lo suficiente. La letal combinación de codicia y cinismo de unos (los vendedores de humo) y lo mismo más estupidez de los otros (los compradores) pueden desencadenar la (pen)última gran crisis.

lunes, 18 de abril de 2016

"OPINIONES DE UN PAYASO": COLECCIONANDO MOMENTOS...

Reviso una caja largo tiempo arrinconada. Libros casi todos de la profesión (economía, estrategia, mercadeo), con alguna excepción. Una muy honrosa: "Opiniones de un payaso" del Premio Nobel alemán Heinrich Böll. Dichosamente, en la última página están numeradas las páginas subrayables (yo no subrayo los libros), con algún párrafo a releer (y, como ahora, a compartir):

"Cómo me cansan los ateos, siempre hablando de Dios...".

"...casi todos los católicos cultos tienen este rasgo de ordinariez: se refugian tras la muralla de sus dogmas y bombardean el mundo con principios dogmáticos, pero cuando se les confronta seriamente en sus 'inquebrantables verdades', se sonríen y apelan a la 'naturaleza humana'".

"la televisión me deja hermosamente vacío (...) (y) como payaso, me intereso naturalmente por las formas modernas de la pantomima..."

"Su mujer es bella de tal modo que no se sabe si está viva o se le ha dado cuerda nada más (...) estuve tentado de tocarla para cerciorarme de que no era una muñeca".

"Existen formas de prostitución curiosamente desconocidas, comparadas con las cuales la auténtica prostitución es una profesión honrada: aquí por lo menos se ofrece algo por dinero".

"Soy un payaso, y colecciono momentos".

martes, 12 de abril de 2016

LOS PAPELES DE PANAMÁ: ACOTACIONES VARIAS...

Interesante reflexión de David Jiménez Torres en el nuevo periódico digital de Pedro J. Ramírez, "El Español", sobre los Papeles de Panamá. Es bueno que surjan más Assanges y Snowdens. Que la investigación periodística convierta los millones de datos de la filtración en una información corroborada, contextualizada y evaluada que mejore el bagaje de la ciudadanía para debatir, reflexionar y, en última instancia, ejercer sus derechos democráticos. La Nación aquí en Costa Rica, editorializó al respecto, aunque subrayando que no hubo -tal vez por prisas para no perder la exclusiva- esa labor periodística, y que aparcen listados de nombres, sin mayores verificaciones, en un mismo saco, quedando todos los citados bajo sospecha de conductas, si no ilegales, sí poco éticas.

Un punto sensible, volviendo a Jiménez Torres -que traza un paralelismo con la trama de la última novela de Jonathan Franzen, Pureza- es qué hacer con esa verdad que hemos podido conocer. El autor es contundente, nuestra "ética colectiva (es) un queso gruyere de prejuicios y puntos ciegos". Cuán capaces somos de hacer la vista gorda con quien es familiar, amigo, colega, ídolo, correligionario...

Está escrito en los Evangelios que "la verdad os hará libres", pero ¿no será, más bien -reflexiona el autor- que esa revelación nos expone con mayor crudeza a nuestras limitaciones...?

Por otra parte, rescato la expresión de Emir Sader en Público (uno de esos periódicos, como decía hace poco una de sus articulistas, encargados de "restablecer una cierta justicia en lo que se cuenta a los ciudadanos"): Los paraísos fiscales son "los prostíbulos del capitalismo", el centro "del universo de las finanzas sucias", ubicados en "unos territorios que arriendan sus soberanías para esconder negocios oscuros".

Y acabo con Vicenç Navarro, también en Público, acerca de por qué no se termina con los paraísos-prostíbulos: "Que no se resuelva se debe a que las personas que podrían hacerlo están ellas mismas implicadas en las transferencias de fondos a estos paraísos ficales, o pertenecen a instituciones (representativas o no representativas) sumamente dependientes e influenciadas por los grupos financieros o empresariales que son los que se benefician de tales paraísos".