jueves, 24 de febrero de 2011

EL ESTADO DE LA NACIÓN...

Reviso varios ejemplares de La Nación, de la última semana, que sólo había ojeado (con hache y sin hache). Al menos tres noticias son tan reveladoras como todo el sesudo informe de cientos de páginas y cuadros del "Estado de la Nación":

1. Declarado como epidemia, siguiendo los parámetros de la OMS, el nivel de agresión infantil en Costa Rica, medido por el número de asistencias hospitalarias...estimándose en unas diez las agresiones que pueden suceder y que no llegan a registrarse. Como siempre recomiendo, no se queden con las cifras absolutas, vean las relativas para poder apreciar la tendencia...Dios mío: Crecimiento del 600% entre enero de 2007 y marzo de 2010...(La Nación, 23/2/2011, p. 18A).

2. 5.000 escolares de algunas de las comunidades más marginales de San José (Carpio, Rincón Grande, Tejarcillos, Los Guidos) sólo reciben tres horas diarias de clases (La Nación, 18/2/2011, p. 4A), no reciben del todo música, educación física e inglés... Así pues, los niños más necesitados de cobertura pedagógica son los más desatendidos. Parten en condiciones de desigualdad y el sistema educativo no las reduce, su futura inserción laboral será problemática...si es que llega a producirse.

Nota al margen: el periodista confunde "modalidad" o "tipo", con "modelo", y escribe: "...especialistas en educación critican el modelo..."...bueno, me hizo recordar un chiste -basado en hechos reales- de un periodista español que cubrió el Mundial de fútbol en México 1986: "Los mexicanos están muy orgullosos de su organización, dicen que es un modelo...será un modelo que sólo utilizan aquí...".

3. ¿Faltan recursos?...veamos la tercera noticia (La Nación, 18/2/2011, p. 24A): "Maraña legal y administrativa atasca a Banca de Desarrollo", 185.000 millones de colones permanecen sin uso y, paralelamente, se han gastado 10.000 millones en condonar deudas que no fueron refinanciadas o reestructuradas oportunamente...Mientras, para redondear, la Secretaría Ejecutiva creada para la aplicación del programa "abrió procesos administrativos para investigar a la mayoría de los 13 funcionarios. Se indaga si cumplen con los requisitos (nivel académico, experiencia y otros) exigidos en la administración pública para ocupar los puestos que desempeñan"...

¿Hacia dónde vamos, o más realistamente, a qué precipicio nos encaminamos? La semana anterior mi estimado Jorge Vargas Cullell en su columna Enfoque planteaba con el rigor y la amenidad habituales, cuatro escenarios posibles en la perspectiva de los 200 años de independencia, año 2021. Ahí anoto el enlace http://www.nacion.com/2011-02-17/Opinion/ColumnistaDelDia/Opinion2686771.aspx

En su opinión el escenario más probable será el número 1, en el cual el partido en el poder, Liberación Nacional, devendrá hegemónico y con ello, se producirá una "estabilidad engañosa, acumulación de problemas bajo la alfombra y privilegios para pocos...". Plantea un escenario 3, de aumento de la corrupción y violencia política, que denomina guatemalización...

En el espacio para comentarios de los lectores -en la edición de La Nación- apunté: Me temo que durante algunos años el escenario puede ser el uno, pero como la "alfombra" no aguantará tanta basura iremos empantanándonos en el tres, la "guatemalización"...mucho antes del 2021...Ojalá me equivoque...

El escenario número 4 es el más alentador (y al que asigna una menor probabilidad de ocurrencia): Surge una nueva fuerza política que, efectivamente, no sólo como discurso electoral, hace política de una nueva forma... Cierra su comentario con una apostilla que comparto plenamente y que los sucesos de estas semanas en varios países árabes lo corroboran: El auténtico poder reside en los ciudadanos, si los costarricenses toman conciencia de la situación y deciden expresar su descontento y sus aspiraciones, ese será el motor del cambio, la posibilidad de que ese escenario 4 se concrete en una regeneración del sistema político costarricense.

lunes, 21 de febrero de 2011

LA PRIMERA REVOLUCIÓN DEL SIGLO XXI...

Qué extraordinario, qué imprevisto -e imprevisible- lo que está sucediendo en varias naciones árabes, arrancando en la pequeña y aparentemente -no generadora de noticias internacionales, destino turístico, pequeña geográfica y demográficamente- apacible Túnez.

A partir de específicos detonantes -en particular, en Túnez, un caso de represión-humillación que acaba con el suicidio de la víctima del atropello-, que desatan un alud de comunicaciones a través de las redes sociales y la telefonía celular, miles de ciudadanos deciden superar el miedo, decir "¡basta ya!" y desencadenar un movimiento que no cabe calificar más que de auténtica revolución. Nada volverá a ser igual, ni en las naciones ahora en efervescencia ni en otras dictaduras imperantes en el globo, que tendrán que aplicarse aquello de "cuando las barbas del vecino veas quemar..."

El miedo, quizás la mayor debilidad de la perecedera naturaleza humana, nuestro aparato represivo interno que, a veces con sutileza (sé prudente, no te metas...piénsalo mejor, tienes mucho que perder), otras más descarnadamente (no quiero sufrir, no quiero morir...), nos va conduciendo a transitar la vida en una forma supuestamente segura, tejida de rutinas y pequeñas gratificaciones individuales; pero en realidad desconectada de un proyecto colectivo, solidario, que es lo que da auténtico sentido a nuestro paso por este planeta o, por decirlo en términos espiritualistas, da sentido a la presente encarnación...

Superado el miedo, pues, asistimos a ese admirable movimiento que está derribando regímenes oprobiosos, sin líderes excepcionales ni vanguardias revolucionarias, sin iluminados que se creen portadores de la única verdad -además- divina...No, es gente común dispuesta a hacer cosas poco comunes, de la mano con otros seres humanos, armados a lo sumo con conexiones de internet y celulares, espoleados por las imágenes satelitales que la controvertida globalización hace factibles (muchas gracias Al-Jazeera)...Seres humanos deseosos -aquí, en África, en Asia, en cualquier parte del mundo- de sentirse respetados, con oportunidades para salir adelante con sus familias y progresar, en definitiva, de poder vivir dignamente.

La palabra "imposible" ha perdido terreno y credibilidad, en beneficio de esas fórmulas necesarias y esperanzadas ante los grandes retos de nuestro siglo: Sí, se puede; sí, es posible; otro mundo, otra globalización son posibles...

Por último, no se nos olvide, una cosa es derribar, otra construir... Se está logrando lo primero, no será nada fácil lo segundo, será una transición en absoluto exenta de tensiones, limitaciones, frustraciones. Nuestros mejores deseos para estos hermanos árabes, que sigan dando una lección al mundo, que la unidad de propósito les permita forjar una sociedad mejor.