Me comenta un estudiante que le llamó la atención que dedicara alguna entrada a la situación de Afganistán, un país que, para la inmensa mayoría de la gente, es indescifrable, paupérrimo, tremendamente agreste, sin recursos...intrascendente en consecuencia...
Pero la verdad es que ahí agravó irremisiblemente su hundimiento la Unión Soviética (invaden en 1.979, salen derrotados en 1.989...el año en que se derrumba el Muro de Berlín, antesala del final de los regímenes comunistas en Europa). Y ahí también están acelerando el fin de su hegemonía -junto con el terrible desastre de la invasión a Irak- los Estados Unidos. Digo fin de su hegemonía, no implosión o desaparición del poder imperial, porque la enorme y crucial diferencia del capitalismo con el comunismo es que en el primero hay infinita mayor libertad de expresión y, con ella, mayor capacidad para votar, protestar, criticar, movilizar, etc, etc. y, con ellas, la evolución, el cambio, por parciales o insuficientes que sean...Hasta los más críticos anticapitalistas reconocen la gran habilidad del sistema capitalista para adaptarse...Puro Darwin: evolucionar o desaparecer...
Pero volvamos a Afganistán, de la mano de un clarificador artículo sobre el estado de la cuestión, a cargo de Jesús A. Núñez Villaverde en El País (Madrid) del pasado primero de diciembre...
1. Se confía mucho en el traspaso de las operaciones militares y de seguridad a tropas afganas, a las que se está preparando, tanto ejército como policía.
2. La eficacia que puedan desplegar tales fuerzas es, cuando menos, dudosa: El 80% de los reclutas es analfabeto y la tasa de deserción del 30%...
3. Y, del otro lado, el enemigo al que deben enfrentarse, los talibanes, son curtidísimos luchadores, excelentes conocedores del territorio y siguen contando con apreciable apoyo popular, descontenta la población por la ineficacia y la corrupción del gobierno que, además, es visto como títere de potencias extranjeras...
4. El número de efectivos previsto, alrededor de 350.000, es presupuestariamente insostenible. Hoy por hoy, no habrían recursos suficientes con el cien por cien de los ingresos del estado afgano para pagarlos.
5. Es un misterio el papel que juega Pakistán, potencia indiscutible en la zona, con armamento nuclear y núcleos islamistas radicales nada despreciables.
En definitiva, que las esperanzas que decíamos al principio albergan Estados Unidos y los aliados no están muy fundadas, parece un autoengaño con tal de poder largarse cuanto antes, sin demasiada impresión de derrota y fiasco absolutos...Peligrosa combinación la ignorancia y la arrogancia...
PS: Pequeño gran detalle: ¿Afganistán, país sin recursos?...bueno, no sé si el mayor, pero de fijo es uno de los mayores productores de amapola opiácea del mundo...