Hoy en el gimnasio hice un ejercicio en la colchoneta,bastante impetuoso, ésta se movió y al bajar las piernas casi casi golpeo el espejo enfrente mío...Como si me hubieran pulsado un botón reviví una escena parecida, treinta años atrás...Preparándome para unas pruebas físicas para una hipotética entrada en la Escuela de Oficiales y Suboficiales del ejército español, ingreso que me hubiera permitido compaginar los estudios universitarios y el cumplimiento del servicio militar, aún obligatorio en aquel tiempo...
El ejercicio de gimnasia del salto de potro me atemorizaba en el colegio, me castigaba la nota de Educación Física, el profesor jamás tenía una palabra de motivación, sino más bien despreciativas. Decidí entrenarlo antes de pasar la prueba física a que me referí al inicio...El primer día le cuento al instructor del gimnasio mis dificultades con el salto, me mira con extrañeza, "con tu cuerpo delgado y con buenas piernas , no has de tener el menor problema...". Me lo dijo con tal seguridad que me sentí muy motivado...al primer salto no sólo brinqué el potro...por centímetros no me estrello en el espejo...Desde entonces, salté el potro, sin problemas...con no demasiados metros de carrerilla, por si acaso...
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