- Bueno,
contame Martín, el whatsapp fue un jugoso anticipo...
- Sí, hace ocho días, volví a recibir un "no" de Dña. Juana (apodo
por el que Eva ya conoce la historia), y me dije "basta". Y se me
ocurrió escribir - también pensando en el blog- un hipotético diálogo con ella,
y mis posteriores pensamientos después del breve - como siempre- intercambio
aquí, en esta misma cafetería...
- Sí, lo leí, muy claro y ameno. Me alegra cómo estás logrando conectarte con
tus sentimientos.
- Gracias. Escribir tiene un efecto terapéutico, de hecho más de un escritor lo
ha dicho; incluso recuerdo que uno ironizó que se había ahorrado mucho en
psicoanalistas...
-Jajaja. Sí es cierto. A mí también me ha sucedido. Sentirme emocionalmente
presionada y ordenarme al escribir.
- ¿Te ha pasado hace poco?
- Bueno, con mis hijos las cosas están yendo muy bien; pero, ya sabes, con
Marcelo (marido) a veces he de hacer un auténtico esfuerzo. Más de una vez te
he dicho de sus cualidades, su apoyo, su comprensión... pero también de sus
manías y rigideces...
- Sí, y que no han faltado caballeros insinuantes...
- Sí, pero no puedo serle desleal, si finalmente sucediera algo no aguantaría
dos días sin decírselo.
-No lo dudo, Eva. En general las mujeres, y una como tu en particular, no
toleráis una doble vida, esa traición, ese fraude con vosotras mismas. En
cambio a los hombres nos resulta más fácil ir de cacería
y
después regresar a la choza como si nada hubiera pasado...Ese
desconectar cuerpo y mente, actuar y sentir...
- Sí Martín, por ahí nacen las doña juanas...
- Efectivamente, los hombres hemos gestado esa feminidad que apuesta por las
conductas masculinizadas, para bien y para mal...
- Bueno, pero no nos dispersemos intelectualizando...¿Cómo te sentís?...
- A ratos ahí está la herida, aún no cicatrizada del todo. Pero, en general, me
impongo la idea del aprendizaje: Qué dicha haber tenido la oportunidad de un
aprendizaje sentimental de esa clase...Nunca dejar de aprender, en el ámbito
que sea... y a un costo bajo. Quiero decir, mis problemas,
entre comillas, lo son en letra muy minúscula...
- Así hemos de verlo, somos privilegiados en tantas cosas.
Borrador escrito en Pandeli, un lugar que siento cada vez más agradable. En particular por la atención, desde Eugenia, la administradora, a sus colaboradores Luís, Cristina...