miércoles, 18 de diciembre de 2024

FRANTZ: LA PELÍCULA MÁS ANTIBELICISTA QUE RECUERDO...

Frantz (Francois Ozon, Francia, 2016) merece este titular con sólo una escena de combate de guerra de un par de minutos. No lo es por lo explícito, sino por la devastación interior que, de forma contenida -casi diría anti-hollywoodense- muestran los protagonistas, el duelo por haber matado -arrepentimiento y búsqueda del perdón- y el duelo de los dolientes -vacío y conmoción irreparables-.

También me mueve al titular que he escogido, la escena en la cervecería, con las palabras del padre del soldado fallecido (protagonista no presente, aparece sólo algo menos de cinco minutos), recordando a sus contertulios que los responsables de los soldados alemanes muertos -estamos en 1919, al año del final de la Primera Guerra Mundial- no son los soldados franceses, del mismo modo que los soldados alemanes no son los responsables de la muerte de los soldados franceses, sino él y ellos, que no impidieron, en nombre de la supuesta defensa de la Patria amenazada, que los políticos mandaran al matadero -eso fue la contienda- a sus hijos. Qué incontables historias de inenarrable dolor detrás de la frías y terroríficas cifras de muertos (voy a Google, diez millones más veintiún millones de heridos).

Hace poco leía la frase "el lenguaje es el que crea los enemigos". También es el lenguaje el que puede cerrar las profundas heridas del duelo por los seres queridos, irreparablemente perdidos...y asimismo puede ser el silencio, un oportuno silencio el que no cree más dolor. Los protagonistas de la película  (historia en minúscula) sacan lo mejor de ellos como seres humanos, la capacidad de perdonar. La realidad de lo que aconteció en la Historia (así, con mayúscula) fue que el lenguaje se convirtió en arma simbólica y letal, previa al arma de combate, que agitó el sentimiento de humillación, convirtiéndolo en resentimiento y ánimo de venganza. El mismo año en que transcurre la película, 1919, inicia su carrera política Adolf Hitler que, quince años después, pasa a regir como Canciller, el destino de Alemania, y la encamina al peor capítulo de la Historia de la humanidad, la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto del pueblo judío. Justo es terminar aludiendo a que el pueblo víctima ha pasado a ser victimario, del pueblo palestino, en la peor catástrofe de lo que llevamos del siglo XXI...