lunes, 15 de junio de 2009

¿Cuándo ahorrar?

El Banco Popular hace un llamado a sus clientes para que dediquen una parte de sus recursos al muy saludable y olvidado hábito del ahorro: “Cuando el pronóstico del tiempo no es muy halagador…Ahorrar nos da tranquilidad y confianza”. Entre las muchas lecturas bíblicas que –sea cual sea el credo particular- convendría releer de tanto en tanto, recomiendo la historia de José (Génesis, 37-50), en lo que hoy nos atañe, por su condición de pionero en el pronóstico de los ciclos económicos. Como bien se recordará, anticipó que a los siete años de vacas gordas seguirían siete de vacas flacas.

Cuando éstas llegan, pedir a la ciudadanía que ahorre ya es demasiado tarde, ha quedado atrapada en el desahorro de la época de prosperidad, es decir, en el endeudamiento inmoderado fundado en la creencia, falsa, pero increíblemente recurrente, de que la bonanza será perenne: Crecerán ininterrumpidamente los ingresos y el valor de las propiedades inmuebles. La realidad es que no hay capacidad de ahorro para la inmensa mayoría, en especial incluso, para los segmentos a los que se dirige el Banco Popular, bien por el rezago de los ajustes salariales respecto a la inflación, bien porque se libra una angustiosa lucha por pagar a tiempo las deudas, a fin de evitar que la sobrecarga financiera de la morosidad acabe por obligarlos a acudir a algún intermediario financiero informal –dicho finamente-, una garrotera por decirlo con la contundente jerga tica.

En definitiva, es al revés: “Cuando el pronóstico del tiempo es muy halagador…Ahorrar le dará tranquilidad y confianza”, sea para adquirir bienes duraderos sin endeudarse, o haciéndolo razonablemente, sea para contar con ese respaldo cuando sobrevengan las dificultades…¿Qué raro..vienen a mi mente palabras de mis abuelos…? No, no; no eran licenciados, muchísimo menos masters en alguna de las ciencias económicas; apenas estudios primarios…Si acaso la maestría era en prudencia y sentido común.

9 comentarios:

  1. Qué difícil es hablar de ahorro en estos tiempos de tanto consumismo y "Chunches" innecesarios, como dijo George Carlin: "...Gastamos más pero tenemos menos, compramos más pero disfrutamos menos. Tenemos casas más grandes y familias más chicas, mayores comodidades y menos tiempo. Tenemos más grados académicos pero menos sentido común, mayor conocimiento pero menor capacidad de juicio...", muchas veces nos endeudamos y olvidamos de ahorrar, no planificamos nuestras compras y lo peor es que muchas veces ni siquiera las disfrutamos. Nunca es tarde para empezar hagamos conciencia, es hora de empezar a ahorrar. Marita Arias

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  2. Al leer esta publicación se sitúan en mi mente dos cosas.
    1. Es el Banco Popular "El Banco DE y PARA los trabajadores" el que invita a ahorrar; aunque no puedo negar los beneficios de este buen hábito, me da tristeza como esta institución que nació con un fin tan noble se convirtiera en una corriente "garrotera" al punto que un día de estos recibí un volante donde invitan a pedirles prestado, con pocos requisitos, a una clase media, con muchos problemas de liquidez y sobre todo con tarjetas de crédito hasta el tope.
    2. Con respecto a la dificultad para ahorrar, estoy de acuerdo en que es imposible hacerlo, cuando cada mes se queda debiendo. Debemos parar este ritmo de vida y empezar por pagar lo que se debe, socándose la faja hasta lograrlo y vivir nuevamente sin gastar lo que no tenemos ya que es un pésimo hábito que nos facilitan las tarjetas de crédito. Aún tengo un claro recuerdo de ver a mi madre abriendo una cuenta de ahorros con 5 colones y años después a pesar de nuestra pobreza poder pagar de contado un gran lote.
    Filipenses 4:11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Grace Picado

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  3. Comentario Luis Conejo Morera
    Inmersos en un mundo globalizado y consumista, pareciera que alguna razón tienen los que de alguna forma promueven el consumo, como medio motor del crecimiento económico. Sin embargo, la cultura del ahorro parece ser la mejor forma de fomentar el crecimiento sostenible y productivo de nuestra economía.
    Ahora bien, debemos tener presente qué tipo de ahorro en el que vamos elegir; ya que no es lo mismo guardar el dinero debajo del colchón como lo hacían nuestros abuelos, que contar un plan de inversión. En el primer caso, es dinero que dejamos de gastar y que vamos acumulando para tener cada vez un poquito más, que nos puede servir para adquirir un bien sin necesidad de endeudarnos o bien para contar con una respaldo económico para cuando sobrevengan las dificultades financieras; a lo comúnmente solemos llamar “tiempo de vacas flacas”.
    Pero el segundo, es muy distinto, es el dinero que sigue estando en el mercado, en favor de crecimiento económico, son planes de inversión de los cuales obtenemos una rentabilidad a corto, mediano o largo plazo y para los cuales preferiblemente se requiere de un asesor financiero.
    En este sentido, nadie puede negar que los beneficios que representa la cultura del ahorro; sin embargo, existe una realidad ineludible, y es que la mayoría de los que representamos los segmentos de mercado a los que se dirige el Banco Popular, no tenemos capacidad de ahorro; y las políticas salariales son incoherentes con respecto a la inflación; situación que cada vez va polarizando más nuestras clases sociales.
    Por supuesto, que también hay otro factor, no menos importante que afecta nuestra capacidad de ahorro; y es el consumismo, del cual somos presa fácil. Muchas veces compramos no por necesidad, sino por estar a la moda o al día con los últimos avances tecnológicos. Lo cual no es del todo malo, pues todos queremos tener siempre lo mejor. El problema radica en que, por querer tener lo mejor, tendemos a endeudarnos, más allá de nuestra capacidad económica y caemos en un materialismo sin control.

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  4. Muchas gracias Marita, el poema de Carlin es antológico, para leer con detenimiento y releer a menudo...

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  5. Muchas gracias Grace, recibido y anotado. Bella cita de Filipenses...

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  6. En lo personal, el cuándo ahorrar es siempre, independientemente de los gastos o inversiones que tenga o deba de realizar, lo que varía es la cantidad de lo ahorrado sea semanal, quincenal o mensual. Por ejemplo, en mi caso siempre a fin de mes es cuando menos puedo ahorrar debido a gastos generales y pagos de inversiones pero siempre guardo algo para economizar; a mediados de quincena, es cuando el ahorro lo aplico con mayor cantidad debido a que no tengo gastos.
    Claro está, según mejora la situación económica no continuo siendo demasiado ahorrativo ya que a pesar de ello, me gusta comprarme mis cosas y realizar algunos paseos que al final lo que traen es salud y dicha personal.
    Para pensar en esperar abundancia no se puede tener en la mente siempre la necesidad de ahorrar cada céntimo. Eso refuerza la idea en la cabeza de que hay escasez y eso tampoco es bueno. En mi caso, el ahorro nunca lo veo como un tiempo de crisis, si no más bien como un periodo largo para el disfrute en el momento que sea necesario.
    Algunos psicólogos recomiendan que se deba fingir tener éxito hasta llegar a poseerlo. Actuar como si ya estuviéramos en la situación que quisiéramos estar. Es difícil fingir cuando no podemos probar ni un poco de eso que tanto anhelamos.
    En Costa Rica, las personas siempre ponen excusas de cuándo ahorrar, por ejemplo indicando que es privarse de algo bueno o quitar lo divertido de la vida, cuando tenga mejor sueldo; si muero no me llevo nada, no tengo esa costumbre, si necesito pido un préstamo, entre otras. También lo que afecta a la sociedad costarricense es su cultura de gastar (consumismo), o su incultura de ahorrar provoca que las personas pidan tarjetas de crédito, compren por medio de polacos, pidan préstamos, pedir fiado y un sin fin de formas de financiamiento lo que provoca que nunca puedan ahorrar ya que muchos gastan más de lo que tienen.
    Otro aspecto es que si no se empieza a gastar un poco más, no se tiene la presión de ganar más lo cual provoca un estancamiento en toda la relación económica personal. Particularmente, siempre estoy pensando en “como puedo ganar más” y no en “donde puedo ahorrar”, ya que ello me permitirá ahorrar más e invertir en lo que considere pertinente.
    Hay que tener presente que el ahorro no invertido provoca un estancamiento económico, máxime con la inflación y el costo de la vida; si tenemos dinero “ahorrado en la casa”, cuando lo utilicemos el costo de la compra o de la inversión probablemente haya subido, al igual que si lo ponemos en el banco a tasas bajas que al final el pago de los intereses ni siquiera cubre el costo de la inflación anual. Lo mejor es invertirlo de modo que genere mayores empleos y ganancias.
    Un punto importante en mi caso, es plantearme proyectos de adquisición de bienes orientandos por necesidad, tiempo y costo. Por ejemplo, si necesito una pantalla LCD me planteo primeramente el costo, luego el tiempo y por último la necesidad, luego lo coloco en orden de prioridades y empiezo a ahorrar para obtenerlo de manera efectiva. No es lo mismo si me planteo una compra de un pantalón, un carro o una casa.
    Otra vista importante es el Cash Flow o Flujo de efectivo (flujo de entradas y salidas en un periodo determinado el cual refleja la liquidéz de una persona, empresa o nación), el cual es necesario aplicar para definir lo que podemos ahorrar, recordando no comprometer a más de un 30 % nuestros ingresos para poder trabajar más a gusto con el otro 70 %.
    Finalizando, el cuándo ahorrar depende de la cultura, personalidad, necesidad y de la forma en que cada persona o empresa maneje sus finanzas, siendo ello la clave del éxito en la economía personal, empresarial y global. Creo que lo mejor es ahorrar para invertir y para invertir bien, de modo que genere grandes réditos y permita la reinversión y el ahorro para beneficio propio o general.
    Daniel Valerín Esquivel

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  7. ¿Cuándo ahorrar?

    Muchas personas relacionan inmediatamente ésta palabra con guardar grandes sumas de dinero en el banco, ya sea para algún proyecto o alguna emergencia. Pueden guardar su dinero a plazos o en bonos y preferiblemente en la moneda de mayor valor del mercado; otros un poco más desconfiados prefieren guardar su dinero debajo de su almohada, todas son opciones válidas y adecuadas para el ritmo de vida en el que nacimos y crecimos y al que nosotros mismos nos hemos esclavizado.
    Definitivamente no hay muchas opciones de donde escoger podemos anticiparnos y decidir que el futuro es siempre dinámicamente cambiante y que siempre puede traer tiempos de bonanza o de escases, y la opción correcta sería ahorrar. La otra opción sería gastar el dinero en cosas innecesarias sin pensar en el mañana, el cual nos traerá consecuencias de inestabilidad y que probablemente dependeríamos del día a día para vivir.
    Pero realmente el dinero no es lo único que se acaba en éste planeta por lo tanto no es lo único que debemos ahorrar, y en ésta euforia ancestral de las personas por tener el poder de todas las cosas sea como sea, hace que los más poderosos no tengan ningún problema para ahorrar y multiplicar sus bienes y lograr cumplir sus proyectos; así, el resto de las personas deben ingeniárselas para sobrevivir en los diferentes sistemas de gobierno que de paso ya desde hace mucho tiempo fueron creados con ese mismo fin, “el poder”. Y ésta sed de poder, la cual me permito nombrar como el “virus del planeta” porque se comporta de la misma manera, como una forma de vida que al encontrar un ambiente o un huésped donde vivir lo destruye y luego busca otro huésped y así sucesivamente. Todo esto hace que nuestro planeta poco a poco quede devastado y sin riquezas. Por lo tanto es importante ahorrar y ser cautelosos en los gastos que no son tan necesarios y recordar que nada hacemos con grandes riquezas económicas si no hay planeta para disfrutarlo, es penoso que sea casi imposible devolver la conciencia a las personas. Sin embargo a lo lejos parece brillar una esperanza con las nuevas generaciones, es nuestro deber enseñarles que la respuesta a la pregunta ¿Cuándo ahorrar? Es siempre y en cada momento, y que hay que lograr el equilibrio entre lo material y cada uno de los recursos naturales que nos dejan vivir y disfrutar nuestros bienes.

    Abraham Sharpe

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  8. Muy bueno, gracias. Me ha gustado ese símil del dinero como "virus del planeta", que contagia gracias -otro acierto- a la "euforia ancestral"...

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