"A touch of sin" (Jia Zhang Ke, China, 2013) traducida en español como "Un toque de violencia", aunque la palabra precisa es "pecado"; pero en la España secularizada y más bien reticente a todo lo religioso, se debió pensar -por parte de los distribuidores- que mejor omitirla y sustituirla por un vocablo sin ambigüedades: Violencia.
Hay mucha violencia, sí, y un claro mensaje de que "algo de pecado" hay en su origen, sin la menor duda podríamos añadir los creyentes, en los desgarros, inequidades y desasosiegos de la sociedad china: Masas disciplinadas, creo que también resignadas; delincuentes de cuello blanco y delincuentes comunes; amoríos prohibidos y problemáticos. Trenes de alta velocidad, masiva utilización de celulares y tabletas, una China urbana. Y una China rural, profunda, semifeudal, en donde parece no haber ley (o su brazo es muy corto para tan inmenso país). Una sociedad laberíntica que vive simultáneamente en lo ancestral y en lo hipermoderno.
La película cierra con un llamado moral, de nuevo la alusión al pecado, nada extraño en una sociedad de tan antiquísimas tradiciones espirituales, y desde luego, válido para cualquier sociedad, sean cuales sean los individuos que la conformen: Piensa en tu pecado...
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