miércoles, 20 de febrero de 2019

"COLD WAR": LA PERFECCIÓN NO ES DE ESTE MUNDO...

Una historia de amor que aspire a la perfección -imposible, ya, pero que trate de acercársele- ha de suceder, al menos en algún episodio, en París. Así es en "Cold War" (Pavel Pawlikowski, Polonia, 2018).

Tan precisa y austera en su lenguaje en blanco y negro, tan fascinante -al estilo "Roma"- en la reconstrucción de ambientes. Una obra maestra. Critica tanto al comunismo como al capitalismo: Ambos te empujan a dejar de ser tú mismo; uno, por la obediencia ciega al Partido; el otro, si te entregas a la religión del éxito. La enorme diferencia, desde luego, es el ámbito de libertad para que tomes tus decisiones, y las consecuencias de ese ejercicio de la libertad.

Zula y Wiktor, en momentos distintos, optan por la libertad. Al reencontrarse, Zula percibe a un Wiktor transmutado, de opositor al comunismo en escalador de la fama en las cimas parisienses. Sin embargo, el amor, este sentimiento tan inefable, tan explicado como inexplicable, si es genuino -y recíproco (¡ay!)- es inexorable, es invencible. Zula y Wiktor recorrerán, cada quien a su manera -pero ambos intentando huir de sí mismos- unas vicisitudes dolorosas, para finalmente dejar de escapar y volver a estar juntos. Esta vez de manera definitiva, que nada ni nadie obstruya su deseo de felicidad eterna. Pero esto sólo sucedió en el Paraíso...¿terrenal?...

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