Con el título original de "The perks of being a wallflower", no fácil de traducir, sobre todo sin hacer el título demasiado largo y, por lo tanto, poco comercial, esta película de 2012 recién estrenada en Costa Rica es una pequeña obra de arte que nos recuerda nuestras fragilidades e inseguridades de la adolescencia, multiplicadas si, como es el caso de la película, los protagonistas han sufrido abuso sexual siendo niños. Imagino que los espectadores adolescentes en una u otra forma se identificarán con lo que sucede. Para los adultos, ojalá seamos más capaces, más comprensivos, a la hora de relacionarnos con adolescentes...
Los amigos, reales o imaginarios, son los grandes acompañantes en esta singladura hacia la madurez, siempre con fondo musical. También lo son, tan engañosas como peligrosas, las drogas...
La acción transcurre en una época poco determinada, supongo que para darle un cierto tono de atemporalidad: Las canciones, el vestuario y la decoración, la máquina de escribir, dan pistas para ubicarla entre mediados de los setenta y mediados de los ochenta...los amigos se regalan cintas de cassette. En todo caso, sin duda, lejos de la era celular actual que, en mi percepción, sólo hace que agravar la soledad y, la invisibilidad... Era de hiperconectividad, no de comunicación necesariamente, ni mucho menos...Los papás, por su parte, con sus propias preocupaciones para salir adelante de sus compromisos económicos y sociales, no se enteran...
¿Algún mensaje a resaltar para los jóvenes espectadores?: Sé tú mismo, no te engañes porque te autoengañas y, pronto o tarde, será peor, más decepcionante. Sé tú mismo y, así en algún momento, encontrarás los amigos de verdad, con los que te relacionarás satisfactoriamente, con naturalidad, sin máscaras ni artificios.
Y para las chicas, dado que la protagonista femenina -una encantadora Emma Watson (la Hermione de Harry Potter)- es la que lo sufre: No escojan un chico para salvarlo, no se desvaloricen porque su autoestima ha sido mancillada, y sólo se merecen ser tratadas como tontas cuyo único valor es que tienen senos y vagina...Huyan de la trampa de aceptar un paupérrimo amor -si es que llega a serlo- porque creen no merecer nada más...
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