Lone Survivor (Peter Berg, 2013) cuenta la historia real del soldado Marcus Lutrell, un superviviente de una misión en Afganistán. En principio no excesivamente riesgosa, se complica por el fortuito encuentro del comando estadounidense con unos pastores de cabras...¿Qué hacer?, en un par de intensos minutos se cruzan distintos criterios entre los marines: Uno, liquidarlos; dos, inmovilizarlos (con riesgo de que si no los encuentran antes del anochecer sean devorados por fieras); tres, dejarlos ir y, de inmediato, dirigirse a una colina cercana para solicitar la evacuación y posponer la misión. Eligen este último recurso, el más humanitario...pero los pastores rápido corren a la aldea más cercana y avisan a los talibanes. Estos inician la persecución, mientras que el comando no logra, entre la agreste orografía afgana, establecer conexión con su base...
El único superviviente de la cacería talibán es rescatado por unos aldeanos que arriesgan sus vidas con esa acción humanitaria. El grupo armado talibán llega a atacar la aldea en donde refugiaron a Lutrell.
Heroísmo en ambos lados, solidaridad humana por encima de cualquier otra consideración. Lamentablemente, esta faceta, la que nos hace auténticamente humanos, la ejercemos excepcionalmente o, cuando menos, queda eclipsada por la bestialidad predominante...
Película modesta, pero que balancea la acción (con técnicas cada vez más refinadas para darle realismo estremecedor a las escenas de combate) con las secuencias para la reflexión.
Para los más exigentes: Sí, hay una cierta apología de la tecnología militar...Desde Francis F. Coppola y su inconmensurable Apocalypse Now (un imborrable viaje al corazón de las tinieblas), el helicóptero es un coprotagonista infaltable en las películas bélicas. No es raro que los directores -inspirados en el gran maestro Coppola- logren presentar el despliegue de esas aeronaves con una estética arrebatadora (me viene a la mente Black Hawk down) que te provoca una particular ambivalencia: La belleza que destruye...Eso sí, sólo FFC se atrevió, además, a ponerle música de Wagner...
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