Hace unos días aparecía la noticia del crecimiento negativo de la economía alemana en el segundo trimestre de este año y el estancamiento de la francesa. Trimestres atrás también hubo crecimiento negativo y empezó a hablarse de deflación. En estos días vuelven a aparecer análisis al respecto. Bruno Colmant en Le Monde (14-8-14) lo explica muy específicamente: "Una deflación es más grave que una inflación (...) la política monetaria deviene inoperante". Es decir, ya puedes bajar los tipos de interés que la demanda de consumo e inversión no se incrementa, hay una sobreoferta de factores que tiende a hacer bajar los precios, el público está endeudado tras la fase alcista (desbocada y poco responsable) de crecimiento económico, con temor (tras la eufórica fiesta) y su demanda de productos y servicios se contrae.
Un indicador cuantitativo del fenómeno es la reducción en la velocidad de circulación del dinero, que el autor cifra en "un 50% en los últimos cinco años". Esto me ha hecho recordar una breve historia, muy ilustrativa, que circulaba por Internet sobre esta variable del funcionamiento del sistema económico. He tratado de reconstruirla y dice así: A paga su habitación del hotel en el que se ha hospedado unos días, deja un sobre con el dinero en la recepción. B, el recepcionista, lo toma y va a la tienda de enfrente del hotel para comprar un regalo para la fiesta a la que va a acudir al salir del trabajo. C, encargado de la tienda, paga a un proveedor D que estaba esperando cobrar una factura. D aprovecha para ir a almorzar con su compañero de ruta a un restaurante esquinero que suele frecuentar, y al que debía varios almuerzos. El propietario E, llama a B, que como empleado del hotel tenía tarifa especial y cierto plazo de crédito, y le había reservado varios días de habitación a E, y le dice que venga a buscar ese dinero. B lo recoge, lo mete en el mismo sobre que había dejado A y se lo entrega al gerente del hotel que, precisamente, recién regresaba de su almuerzo y le iba a pedir cuentas...
Así pues, los -digamos- 10.000 colones que pagó A han servido para que la tienda facture también 10.000 colones, rebaje sus deudas con proveedores en 10.000 colones. El restaurante también experimenta este aumento en sus ventas y reducción de pasivos. Un microejemplo de generación de crecimiento económico, de circulación del dinero que lo alimenta, pues al aumentar ventas y rebajar endeudamiento se impulsa comprar más insumos y mercaderías para seguir atendiendo la demanda. Por el contrario, con deflación, A probablemente gaste menos en el hotel (o no haga el viaje o lo acorte), B en el regalo (o no lo compre), la tienda no puede pedir mercadería pues le debe al proveedor, éste no irá a almorzar al restaurante, etc, etc...
Ante este panorama, el autor que seguimos, Colmant, propone un "choque inflacionario", a base de incrementar la oferta monetaria y refinanciar las deudas que atenazan a los países más endeudados de la zona euro; esto depreciará el euro, consecuencia deseable para aumentar las exportaciones europeas...Alemania se ha negado repetidamente desde el inicio del ciclo recesivo en 2008 a este tipo de política, por temor a atizar la inflación. Temor desmedido apuntan numerosos economistas. Habrá que ver; si no, hasta el muy eminente Robert Skidelsky proponía lo que comentábamos meses atrás (19-2-14): "el dinero tendrá que caer del helicóptero..."
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