lunes, 22 de agosto de 2016

UNA DE LAS PEORES -Y MÁS USUALES- DEBILIDADES DEL PODER: EL NEPOTISMO.

Siempre me lo ha parecido y me lo acaba de ratificar, no sin cierta sorpresa, el caso del rector de la Universidad de Costa Rica (UCR), Dr. Henning Jensen, al facilitar el acceso a plaza en propiedad de su hija Elena, psicóloga como él.
 
Digo que con algo de sorpresa pues conozco a Don Henning, lo conocí además en un plano muy igualitario y que suele dejar -así ha sido- un buen recuerdo de camaradería: Jugando -mejengueando- baloncesto en la cancha del residencial Guaymí, a pocas cuadras de lo que hoy es su despacho de Rector en la UCR.
 
No deja de costarme hacerme la idea de que Henning (así lo cito para mis adentros), inteligente, culto, crítico refinado, haya incurrido en esa lacra. No me cabe duda de que no ha cometido -le sobra sagacidad- ilegalidad alguna; pero evidentemente, en un plano ético, el favoritismo es una imborrable mancha para la historia de su gestión al frente de la UCR. Su hija logró plaza en propiedad, adelantándose a centenares de otros interinos que padecen esta situación (vistazo rápido vía Google: algo más de tres mil nombramientos interinos tiene la UCR en la actualidad).
 
Para redondear lo poco presentable de la situación, el sábado pasado el historiador Iván Molina ponía el dedo con sal en la llaga: Elena, además, no es graduada de la UCR. No es que estén vetados los graduados de universidades privadas, pero no es nada frecuente que el camino lo encuentren allanado...
 
El poder cambia a las personas, jamás lo he dudado, y ahora menos.

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