Ameno artículo de Robert Darnton, presidente de las bibliotecas de Harvard, en Le Monde (20-2-17), en el que expone como, desde el principio de la prensa escrita, las falsas noticias han sido moneda corriente. Recuerda, de previo, que ya en el siglo XVI aparecieron lo que después pasaron a llamarse pasquines (escrito anónimo que se fija en sitio público, con expresiones satíricas...) pues su primera manifestación -unos crueles sonetos para mancillar a unos candidatos a pontífices, nos narra Darnton- se colgó en el busto de un personaje llamado Pasquíno, cerca de la Plaza Navona en Roma.
En el siglo XVII aparecen en París con enorme éxito, los canards, una especie -siguiendo con galicismos- de brochures. A finales de siglo,estallada ya la Revolución Francesa, la reina María Antonieta se convirtió en blanco predilecto de esos panfletos. Darnton opina que seguro contribuyeron al odio patológico que se propagó en su contra, y que la condujo finalmente a la guillotina.
En el siglo XVIII este tipo de publicación vive su auge en Londres. Se insertaban en los periódicos, a veces con un sólo párrafo, por lo que se popularizaron como "paragraph men", básicamente chismes aderezados con algo de inventiva del autor, al que a veces se le remuneraba...Apunta Darnton que ahí se sitúan las bases de la prensa sensacionalista, tan arraigada en Inglaterra, si bien "la prensa de Rupert Murdoch parece hoy día casi benigna" (Murdoch, propietario de los principales periódicos ingleses).
En definitiva, dos siglos antes de los tweets, las noticias falsas o tergiversadas, distorsionadas o manipuladas con fines calumniosos, contra celebridades y políticos, ya circulaban con rotundo éxito de audiencia. La humanidad no cambia -no cambiamos-; sólo que todo sucede más deprisa, lo que tiende a empeorar las cosas; pues, a mi modo de ver, intentar procesar la vorágine diaria -que nos sume en la epidémica falta de tiempo- nos impide tomar perspectiva, ponderar, priorizar, desechar lo dañino, valorar lo beneficioso y, entonces, poder rectificar inercias inconvenientes...
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