sábado, 8 de abril de 2017

EMOCIONALIDAD EN LA TOMA DE DECISIONES: COCA COLA, TRUMP, CATALUÑA...

En clase de Mercadeo vemos un genuino clásico de esta disciplina: La poderosa Coca Cola, sobrada de recursos humanos, mercadotécnicos y financieros, se vuelve miope y decide, tras una increíblemente torpe investigación de mercado, lanzar un nuevo sabor de Coca Cola, supuestamente llamado a derrotar a Pepsi y su incisivo "Desafío", suprimiendo a la vez, la fórmula de siempre. Insto a los estudiantes a que reflexionen acerca de qué pudo haber en el origen -pecado original- de esta decisión, un auténtico desaguisado que le tomó tres meses a Coca Cola rectificar. En la era de Internet, ahora, le hubiera tomado, a lo sumo, tres semanas...

Mi interpretación, les digo, es la ambición personal, la soberbia de Roberto Goizueta, el presidente; su desmedida avidez por pasar a la historia de la compañía. De hecho, ya lo estaba, siendo un hijo de inmigrantes cubanos que alcanzaba la cima del imperio de los refrescos. Con su personalidad arrolladora, logró inculcar en todos sus más cercanos colaboradores que había que lograr un nuevo sabor de Coca Cola que fuera poco menos que la derrota definitiva del gran rival, que en los últimos años se había acercado mucho al eterno liderazgo de Coca Cola. Nadie -sigo con mi relato en el aula- parece que se atrevió a levantar la mano y decirle al big boss que se estaba apresurando, y que la histórica decisión podía terminar como la del buque hundido el día de su botadura y argüir que se lo estaba probando como submarino...

Reflexión final del caso: La emocionalidad en la toma de decisiones puede perfectamente distorsionar el juicio de una persona inteligente, o al menos cabal; sea un ejecutivo o, ahí enlazo, un ciudadano a la hora de ejercer su derecho al voto. Con ese enganche, me despacho un rato sobre la elección de un personaje como Donald Trump para la presidencia de Estados Unidos, sin dejar de recalcar que toda victoria cuenta siempre con dos componentes: Tus aciertos y los desaciertos de tu rival o competidor...

Finalmente -sobre lo que sigue de momento no me extiendo en el aula-, la emocionalidad es la que podría llevar, referendum mediante, a la aprobación en Cataluña de su independencia de España, de modo similar a como la Gran Bretaña decidió su Brexit. Creo que política, económica, socialmente, la secesión no es la vía más conveniente para Cataluña; pero desde un punto de vista afectivo, sentimental, comprendo sin género de dudas que podría suceder. El nacionalismo español ha sido tan impuesto, tan injusto, tan avasallador e irrespetuoso, con  el agravante añadido de un catolicismo de similar tenor, que es casi imposible, por un lado, identificarse con él, y por otro, no hacerse ateo o cuando menos agnóstico...

La apelación reiterada e invariable a la ley, una Constitución anticuada, redactada a los dos años de la muerte de Franco, con todo el aparato del Estado copado de franquistas y con los militares tutelando cualquier decisión, no legitima para nada la negativa al derecho a que las urnas decidan para dilucidar la relación entre Cataluña y España.

No hay comentarios:

Publicar un comentario