Me pregunto ante el televisor (versión DVD): A ver qué tendrá "La forma del agua" para alcanzar trece nominaciones a los premios Óscar, a una nominación del récord que han alcanzado sólo tres películas en la historia...¡uuaauu!...Ya pasó con "La La Land" el año anterior y creo que sucederá este año. No hay para tanto ni mucho menos...Pero entiendo que los miembros de la Academia hollywoodense se hayan emocionado: "La forma del agua" tiene algunas formas que seducen al jurado cinematográfico por excelencia.
Veamos: Vecino gay, mejor amiga, negra; sin tabúes sexuales: masturbación, parece que diaria, como parte del ritual matutino de Elisa, la protagonista; acto que realiza en la bañera donde posteriormente como extraordinario homenaje al derecho a la diversidad sexual se apareará con la criatura anfibia, co-protagonista (¡Dios mío!...). Autohomenaje cinéfilo: Siempre que el televisor está prendido aparece una escena coreográfica de un clásico de Hollywood, y la criatura, en una breve escapada, se mete en un cine donde pasan una peli de romanos pre-fascistas (otro "¡Dios mío!...). Y el malo es remalo, con todos los defectos imaginables, un pre-Trump de inicios de los sesenta...(idem...)
Confiemos en que esa emocionalidad que llevó a Trump a la presidencia no lleve a la historia de los Óscares a esta película, decente y respetable, cómo no; pero, por ejemplo, a mucha distancia de la contundente "Tres anuncios..."(comentario pendiente) y de la genuinamente antibelicista "Dunquerque"...
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