martes, 26 de marzo de 2013

LA DIGNIDAD DE LA BELLEZA...

Es el título de un lúcido artículo del filósofo Rafael Argullol  (El País, 10-3-13), uno de estos autores que jamás te dejan indiferente, título -inevitable la redundancia- sencillo y bello. El autor refiere un concierto en el Conservatorio del Liceo de Barcelona. Los jóvenes participantes no sólo lo hicieron bien -por más que seguro fueran mejorables sus presentaciones-, sino que transmitían una encantadora mezcla de voluntad, esfuerzo, compromiso, responsabilidad...Esos valores que hacen la vida bella, noble, gozosa, con sentido. 

Dice Argullol que, en poco rato, logró olvidarse del lodazal de la vida pública española, colmada de corrupción, mezquindad, resentimiento, que tiene sumida a la ciudadanía en una profunda desmoralización e impotencia. El sendero para romper ese círculo depresivo, enviciado, tóxico -prosigue Argullol- es "la obra bien hecha por parte de quien se siente verdaderamente responsable de lo que hace (...). Creación frente a depredación"... 

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