De nuevo, semanas sin capacidad de escribir, una entrada en abril, una entrada en mayo...en febrero ya me refería a ello ("qué puede estar pasando: Falta de inspiración, de convencimiento o entusiasmo...").
En su columna de hoy en La Nación, Jorge Vargas Cullell expresa sentir algo parecido: "Hay momentos en que uno anda fastidiado (...) y no hay manera de descifrar la razón...". En su párrafo final
confiesa: "No deseo ahondar en la raíz del fastidio que me ando, pues quizá no quiero descubrir que lo que me lo produce es mi país..." Amén Jorge, y yo que tengo tres entre mi corazón y mi mente: Cataluña patria del corazón, España patria administrativa, Costa Rica, patria de adopción...Una España sumida en crisis económica, social y política, con una sensación -así lo señala también Vargas Cullell "a veces uno no tiene un punto de vista, sino una sensación"- de fracaso colectivo, de regreso a los años treinta, previos a la guerra civil, con la guinda recién colocada de la abdicación del rey...Bien es cierto, conste, que más allá de las similitudes, también hay enormes diferencias entre ambos escenarios.
Una Cataluña, también en la triple crisis evidentemente, aspirando a independizarse, alternativa llena de incertidumbres, por más que románticamente cada vez crean más catalanes que llegó la hora, que este es el momento de separarse de esta España que apesta...
Una Costa Rica que, comprensiblemente, apeó a Liberación Nacional del poder aspirando a un cambio que será difícil y doloroso, no hay atajos milagroso ni varitas mágicas en manos de Don Luis Guillermo Solís. Su partido, sus militantes, cargados de las mejores intenciones no me cabe duda, pero ya sabemos de que está hecho el camino -o al menos uno de ellos- a los infiernos...
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