Breve visita turística a la vecina Nicaragua. Gente amable y decente, ocasionalmente algo indolente. En la entrada de cada pueblo o ciudad, una valla con Daniel Ortega y su esposa con el eslogan "Cristiana, solidaria y socialista". Mi impresión es que cristiana lo ha sido siempre; en cuanto a solidaria, habrá de todo como en cualquier parte, casi seguro que encontraremos más gestos solidarios entre la gente humilde; socialista, nada de nada, pura propaganda. Una sociedad muy desigual en la que miles de nicaragüenses, a pesar de lo mucho que aman su terruño, desean salir, ven su futuro fuera de sus fronteras. Este es un indicador demoledor.
Aires caudillistas que no auguran nada bueno, populismo para maquillar lo más acuciante, promesas de obras fantasiosas y primeros conatos de represión a los adversarios políticos. La Prensa, una vez más, bastión de la libertad de expresión, recuerda, cada vez que lo nombra, que Ortega es un presidente anticonstitucional...
Una corta visita a Managua, Granada, Masaya, para visitarlas debe llevarse la idea de no polimizar y sugestionarse sobre la situación que pase en esa bella nación de los 50 y 60, allá hay lugares bellos por sus construcciones antiguas. Caminar por las calzadas empedradas hacia el lago, sentarse en una banqueta a percibir el calor de tierras bajas, y sentir la brisa que avanza sobre la superficie de agua. Recorrer la ruta desde el aeropuerto al lago, ver esos árboles metálicos con ramas y hojas formando el número 6. El parque frente al Palacio Nacional, las esculturas remembrando al poeta Rubén Darío. Visitar Nicaragua es nostágico, atractivo, y atreverse a cruzar palabras con las personas es muy bueno para percibir que a ellos también le recorre el sentimiento por el buen trato. La autoridad solo la debí ver a la entrada y salida de los trámites en el aeropuerto, pero no viajaba en automóvil propio pues esa será otra proeza. Hoy habiendo sobrevivido varios meses a la pandemia sólo me queda la duda sobre la cantidad de personas que han sido afectados allá, pero causa incertidumbre de que en nuestra Costa Rica hemos visto muchos enfermos y fallecimientos de personas originarias de Nicaragua, muchas de esas personas vinieron décadas atrás a recordarnos mantener la fé en un tiempo alicaída, debí bloquear mi pensamiento sobre la parte política para no perder la ilusión del viaje.
ResponderEliminarSí Juan Carlos, bello país, lindas gentes...qué inmensa pena su historia política...
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