viernes, 1 de diciembre de 2017

PERFECTOS DESCONOCIDOS...DEL ENGAÑO AL AUTOENGAÑO...

Como siempre, ya saben, una película me deja meditabundo...y agarro el bolígrafo. Entre la admiración y el malestar, nada infrecuente. Esta película del italiano Paolo Genovese es admirable por su excelente guión y el gran trabajo actoral, la vida misma parece captada como por cámara oculta. Malestar por el retrato de una clase media moralmente cínica e impostora, un microclima corrupto que, a mi juicio, explica la corrupción en otros niveles (macro) de la sociedad italiana. Un paisaje, seguro, trasladable a otras muchas latitudes de la próspera, acobardada y decadente Europa. Aprovecho para dejar dicho que Italia me encanta: Sus paisajes, su arte, su creatividad, su cocina...Más de una encarnación habré estado en esos parajes...
Pero, bueno, más allá de mi habitual e incorregible visión apocalíptica del futuro, sea en Costa Rica, en Europa o en el globo, lo más valioso y rescatable es este espejo en el que mirarse y ser capaces de reflexionar sobre nuestros defectos y limitaciones, ser capaces de una mayor autocrítica, antes de volcarnos en atacar al prójimo  y ser muy puntillosos con sus carencias o inclinaciones. Y digo esto último porque es en el juicio al homosexual donde se desata más ferocidad, precisamente por parte del mayor farsante: el macho. El que acaba de casarse y, asimismo, ha dejado embarazada a una compañera de trabajo e, insinúa la película, es amante de la anfitriona de la casa donde sucede toda la trama.
El anfitrión de la casa, en la escena final, apunta una palabra clave: El no quería hacer el juego de los celulares abiertos porque sabía o temía que iba a quedar en evidencia la fragilidad de la condición humana...Fra-gi-li-dad, ante ella tejemos una trama de secretos, una doble vida con la que somos sumamente autoindulgentes...eso sí, desviando nuestros juicios morales hacia el Otro, en mayúscula, esto es, en minúscula: el amigo, el hermano, el jefe, el compañero de trabajo, el cuñado, el vecino, el profesor, el musulmán, y un interminable etcétera...
Moraleja final: El engaño sólo se hace soportable si estás dispuesto a autoengañarte, sostener la vida en modo simulacro...Tú mism@...

5 comentarios:

  1. Una pareja prepara una reunión en su casa, una cena para amigos, cuatro parejas de entre 40 y 50 años, que se conocen de toda la vida, se proponen un juego que pondrá al descubierto sus secretos la dinámica consiste en colocar sus teléfonos móviles sobre la mesa y conforme vayan sonando: “leer en voz alta los mensajes y las llamadas; su vida entera compartida por todos en ese momento...” esto sucede debido a que Eva, la anfitriona de la casa comenta que espera que durante la cena pase algo, ya que cualquier cosa, incluso algo malo, es mejor que el aburrimiento. El clima no tarda en enrarecerse a medida que van llegando nuevos mensajes o llamadas para demostrar que en realidad ninguno de ellos conoce tan bien al resto como pensaban. La primera consecuencia de esto es que casi todos los involucrados acaban resultando desagradables por un motivo u otro y eso es algo que va acrecentándose hasta tal punto que un factor reiterativo, muy positivo en primera instancia, acaba volviéndose en su contra. Al principio resulta divertido ver cómo eso va afectando a la dinámica entre ellos, sobre todo cuando dos de ellos se ven “forzados” a aceptar como suyos los errores del otro. No es nada innovador, pero ese constante ir a más, va implicando al público mientras lo cómico tiene una presencia dominante incluso cuando la situación en sí misma sea de lo más problemático. El toque de azar que logra mantener al espectador al filo de la intriga, se torna divertido y por ratos causa asombro. La deslealtad entre las parejas y entre amigos, los hace perfectos desconocidos. No son personas comprometidas en conjunto, éticamente incorrectos desconocen lo que se vive en la intimidad de la vida de sus compañeros, además llenos de prejuicios morales hacia el prójimo cuando salen a la luz sus debilidades humanas, sus errores, o preferencias y gustos que no comparten, pero complacientes para sí. Alfonso, el anfitrión de la casa, acompaña a su hija adolescente en el rol de padre comprensible y consejero con sus inquietudes de juventud, debido a ello ella le tiene la confianza de comunicarle su vida, porque lo ve como un líder que la apoya, la escucha y sigue sus consejos.

    El grupo de amigos tenía una relación fuerte, organizada, participativa, comprometida, pero al quebrantarse la confianza de uno de sus parejas, se vuelve débil y vulnerable. Como en una organización cuando uno de sus componentes falla se torna inestable y expuesta a riesgos que pueden resultar en catástrofe.

    Una película muy recomendable.

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    1. Parece que esta vez sí me reconoce el sistema: Muchas gracias Joel por incorporar su comentario, en una película que nos cuestiona a todos, sin excepción...

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  2. En las labores diarias de nuestros trabajos tenemos muchos métodos de interacción, tales como los chats internos, redes sociales, correo electrónico, grupos de WhatsApp, repositorios, nubes. Tenemos tantos métodos para comunicarnos que obviamos uno de los más primitivos: la comunicación personal, cara a cara. Quizás muchas veces, nuestra forma de expresarnos o la forma en que las personas interpretan nuestras palabras, tergiversan las situaciones. Además, algunos correos que se convierten en largas conversaciones que atrasan procesos se solucionarían más rápido con una plática personal más amena y al grano. Algunas veces se involucran más personas de la cuenta, en otras se omiten valiosos grupos de interés para resolver temas de la mejor forma.

    Dice el dicho: “Caras vemos, corazones no sabemos”. Pasamos la mayor parte del tiempo en nuestro ambiente laboral, los compañeros de trabajo se convierten en nuestra segunda familia (¿o primera?). Pero, ¿realmente conocemos tan bien como creemos? O ¿estamos viendo simplemente un antifaz? Existen personas que se hacen pasar por amigos en el ámbito laboral para obtener algo que desean: alguna información o estar en un vínculo importante que les permita ascender. Otros, quizás, están al acecho de obtener méritos a costa de los demás. No obstante, en un amplio espectro, existen los sinceros, los leales, los desinteresados, es una cualidad de cada quien detectar y desenmascarar las verdaderas intenciones.

    “No te empeñes en ser moderno; por desgracia, hagas lo que hagas es la única cosa que no podrás evitar ser.” Salvador Dalí.

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    1. Lo mismo que para Joel, con el toque distintivo de la cita de un genio: Salvador Dalí...Muchas gracias.

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