"Under the Silver Lake" (David Robert Mitchell, USA, 2018) ha recibido críticas muy dispares, elogios que la convierten en película de culto y reseñas demoledoras. En mi criterio es confusa, desconcertante y por una vez -de muy pocas- de acuerdo con el hipercrítico Carlos Boyero, vacía e impostada-. Me ha dejado pensando que debe de ser otra manifestación de la era Trump que estamos viviendo.
Si, en una de sus facetas, hay una parte de la sociedad estadounidense que quiere retroceder en la historia, y logró con su voto hacer Presidente de la nación más poderosa del planeta a un sujeto como Donald Trump; otra fracción de esta sociedad, tan disímil, tan fragmentada, y mayormente desorientada, puede fascinarse con la propuesta de esta película. Desde luego tenía que suceder en California, polo opuesto a esa América profunda que cree que con Trump, Estados Unidos volverá a ser lo que fue...Todos los personajes que desfilan por la película son tan débiles e influenciables, la vía de salvación que propone la película es tan delirante, su final tan atrozmente mediocre, que -me quedo pensando- pude acabar de verla -y son algo más de dos horas- por la buena factura técnica, y la solidez interpretativa de Andrew Garfield, que le da algo de credibilidad al despropósito.
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