jueves, 17 de octubre de 2019

AULA 19

Él, siempre parco, aunque con delicadeza, dijo que había sido un encantador intercambio de "regalos". Ella reveló su alma de poeta y como un torrente añadió: "Aliada del destino, cómplice fortuita, confidente clandestina...". Para más tarde agregar, en este caso, con inspiración ajena, aunque como alguien tan sabio como humilde caviló, la inspiración no pertenece a nadie, sino a quien la necesita: Si no era amor era vicio. Porque jamás una boca me hizo regresar tantas veces por un beso...

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