Dans la brume (Daniel Roby, Francia, 2018) narra una situación apocalíptica en París desatada por la irrupción de una niebla tóxica tras un terremoto de mediana intensidad. No fuerte, pues no hay daños materiales visibles (seguramente la película se hubiera encarecido mucho mostrando, por ejemplo, la Torre Eiffel derrumbada). Es una niebla que se deposita en el suelo y llega a ascender unos cuatro pisos.
La historia es más bien convencional, pero sí el final es novedoso y provocador, de ahí el interrogante en el título de esta entrada: Llegados a una situación apocalíptica, ¿qué circunstancias podrían permitir la selecta existencia de supervivientes? ¿Podría suceder que seres muy vulnerables en condiciones normales, fueran más capaces de resistir las condiciones del desastre? Y, tercera reflexión, en las comunidades sobrevivientes, ¿qué inversión de roles podría acontecer como lección imperecedera (¿muy tardía?) para esa humanidad que tanto venera las posesiones materiales?...
No hay comentarios:
Publicar un comentario