Leo variedad de reflexiones sobre la crisis que estamos viviendo, siendo desde luego muy selectivo -como siempre- con las fuentes. ¿Fake news?, siempre han existido, ahora indiscutiblemente más frecuentes y con una capacidad de difusión espeluznante. No me preocupan los emisores, sino los receptores...
Predominan, volviendo a varios artículos seleccionados, los interrogantes, lógico ante el cúmulo de incertidumbres sobre cómo y cuándo podrá darse por cerrada la crisis del covid 19. La preocupación va pasando de lo sanitario a lo económico, una crisis cuyo precedente, por la hecatombe, podría ubicarse en el crack de 1.929 (inevitable recomendar el libro al respecto de John K. Galbraith, que alguién criticó -bendita crítica- de que no era un economista, sino alguien que escribía sobre economía).
Otra característica de esas reflexiones es que cuestionan el concepto de volver a la "normalidad", dado que la tal "normalidad" estaba plagada de anormalidades, y que con la debacle económica, los problemas político-económicos y sociales van a agravarse. En las frases finales prácticamente todos los autores tratan de no perder el optimismo, aunque los análisis previos no invitan a ello en absoluto...Digamos que no quieren despedirse de los lectores sin deprimirlos aún más...
Destacaría el artículo de Daniel Innerarity, "El drama de decidir", en El País (Madrid) del primero de mayo. Recuerda el concepto de diferenciación funcional; A medida que avanza la civilización, la sociedad se subdivide en subsistemas sociales que hay que compatibilizar a través de la esfera política. La actual crisis ha dejado muy claro, entre otros, uno crucial; La salud pública vrs. el funcionamiento del sistema económico. La complejidad de las decisiones tensa el debate político.
En Costa Rica considero que se está manejando con la debida prudencia. En España es una vergüenza, un bochorno cotidiano. En el primer caso sí se cumple la aguda obseervación de Innerarity: "Las crisis no son más que una interrupción temporal de la discordia habitual entre las distintas perspectivas sobre la realidad"...En el segundo, no hay interrupción, la impresión es que la discordia se ha recrudecido y degradado...
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