Publica hoy La Nación una carta que escribí el pasado domingo, tras leer la edición del sábado y encontrar un artículo sobre intelectuales indignados y, minutos después -estaba leyendo el periódico al revés, del final hacia el inicio- leer la noticia del explosivo aumento de llamadas de emergencia al 911 por violencia doméstica. Hacía pocas horas que Costa Rica había pasado a los cuartos de final; en medio de la euforia, ¿cuántas mujeres y niños estaban viviendo un infierno?
Más de uno podrá pensar que en otros países ha sido peor y, ya no digamos, si hubiera sido otro país centroamericano el de la hazaña...Pero, señores y señoras, somos el país de la paz y, ni más ni menos, según no sé que diablos de investigación, el más feliz del mundo...No se me ocurre un indicador peor de una sociedad enferma que su índice de agresión a niños y mujeres. ¿Indignado?...¿qué menos?
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