Un día, el director de cine estadounidense
Josh Fox recibió una carta en la que una compañía energética le ofrecía
arrendar parte de un terreno de su propiedad en el que se encontraba un
importante yacimiento de gas natural, que la compañía en cuestión quería
perforar y explotar. Inseguro acerca de la decisión que debía tomar, Fox inició
un viaje a través de 24 estados de Estados Unidos para averiguar las
consecuencias de la explotación de gas natural. Desde Pennsylvania hasta Utah,
de un extremo al otro de Estados Unidos, Fox fue descubriendo que en aquellas
zonas en las que el gas natural es explotado el los habitantes no podían
encender un mechero cerca del grifo sin que el agua corriente se prendiese en
fuego debido a la contaminación por gas. De ese viaje nació GasLand. (Fuente:
ecologiablog.com) (FILMAFFINITY).
Me impresionó una cita que hace uno de los afectados, como brújula en la vida y como pronóstico...
Es del Evangelio según San Mateo 6,19-21: "No atesoréis en la tierra, donde la polilla y el orín corroen y donde los ladrones socavan y roban. Atesorad más bien, en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corroen ni los ladrones socavan ni roban. Porque donde está tu tesoro, allí está también tu corazón."
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