Whiplash, película de 2014, dirigida por un novel director, Damien Chazelle, con varias y merecidas nominaciones para los inminentes premios Oscar, nos presenta la ambivalente relación amor-odio que caracteriza el vínculo maestro-discípulo, y cuya intensidad está en función recíproca de las metas de ambos: El maestro que quiere llevar al límite al discípulo, sacar lo mejor de él; el discípulo que quiere alcanzar altos logros...
El drama se va gestando cuando uno y otro pierden el tono, respectivamente, de la exigencia y de la autoexigencia. El profesor, no ponderando suficientemente la presión que está ejerciendo; el alumno sacrificando facetas de su vida personal entregado, ya obsesivamente, a ser el mejor.
Terence, el maestro, Andrew, discípulo, son muy talentosos; pero ambos pierden parte de su humanidad en la búsqueda compulsiva de la excelencia. La película les da oportunidad de enderezar: El talento sobrevivirá a través de la rebelión de Andrew a la trampa de Terence, éste parece que admitirá la insubordinación como inesperado instrumento pedagógico. Disciplina, esfuerzo, perseverancia, rotundamente sí; sumisión y humillación, no...
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ResponderEliminarMe gusta la sinopsis. La anotaré en la lista de pendientes
ResponderEliminarSí Oscar, gracias por participar. Si la ves, ojalá contemos con tu aportación...
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