Varias semanas sin escribir...Breaking bad me ha tenido atrapado. ¡Qué serie!: La historia, las interpretaciones, el ritmo narrativo, la banda sonora...
La metamorfosis de Walter White, un personaje auténticamente postmoderno, en el que confluyen tantas facetas del desafío de vivir en el siglo XXI. Decisiones extremas que lo convierten en Jeckill y Hyde. Que lo llevan a incurrir en una lacra siniestra de la humanidad: La banalidad del mal; padre amoroso que, al rato, se sumerge en el mundo del narcotráfico, en el que vivir suele significar aplazar tu muerte matando antes a otros.
En el paroxismo del individualismo, para salvar a su familia, White produce -cocina- metanfetamina, veneno que destruirá quién sabe cuántas familias.
El peso del secreto es abrumador. La esposa de White, Skyler, va paulatinamente conociendo de la vida secreta de su marido, e inevitablemente, haciéndose cómplice. Sin embargo, entiende bien su función y sus límites: "He de proteger a mi familia del hombre que todo lo hace por su familia"...
continuará (me falta la quinta y última temporada).
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