No pocas reflexiones provoca una serie de la calidad de "House of Cards", creo que sólo disponible a través de la plataforma Netflix...La figura de Francis J. Underwood, en la sublime interpretación de Kevin Spacey, puede convertirse en una referencia clásica sobre el político sin escrúpulos, en un contexto democrático. Un maestro de la manipulación, un muy astuto rastreador de las fortalezas y debilidades ajenas, tanto en el plano racional como en el emocional. Habilidades puestas al servicio de su ambición política, de su desmesurado apetito de poder.
Para Underwood la verdad es sólo un naipe del house of cards, un comodín...
Quiero referirme, aparte de este primer comentario general, a un aspecto particular: El personaje Edward Meechum, el agente de seguridad personal, primero, de Underwood y, posteriormente, del matrimonio, de Claire y de Frank. Admiro su discreción, su capacidad para el silencio, su sentido del servicio, del deber, aunque las circunstancias lo hayan puesto a la par de unos seres despiadados.
Su imperturbable eficacia, siendo su presencia, a la vez, casi imperceptible, hace que el matrimonio Underwood lo aprecie de verdad. Un afecto recíproco que, en una forma realmente inesperada -y asímismo discretísima- deriva en un ménage a trois; no del todo creíble, pero tampoco inimaginable... en el contexto del acuerdo entre Claire y Frank por permitirse ser pareja abierta en el plano de las relaciones sexuales. El sexo como una modalidad de intercambio comunicacional entre adultos, con consentimiento recíproco...
Se me ocurre, acabando estas líneas, que hasta para un conservador en materia de sexualidad, el episodio del trío lo verían venial respecto a otras andanzas de los sres. Underwood...
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