Una de las citas atractivas del artículo de Fernando Savater que comenté -y critiqué- en la entrada del pasado 16 de agosto, pertenecía a "El Diccionario del Diablo" de Ambrose Pierce. Casualmente, pocos días después, lo encontré en la recién celebrada Feria del Libro, edición de Valdemar (Madrid, 3ªed. 2015).
Muchas de las definiciones de este peculiar diccionario podrían tildarse de diabólicas por su tono corrosivo, vitriólico; muy despreciativo hacia la condición humana en general, y contra las mujeres (con unos prejuicios vergonzosos) y los políticos (ahí sí, no han perdido casi ninguna actualidad sus invectivas), en particular.
No tan frecuentemente son -lo que esperaba y hubiera preferido- más sutiles e irónicas. Creo que el ser humano que más aprecia -puede que el único- es el loco, he ahí su definición: "Afectado por algún grado de independencia intelectual; disconforme con las normas convencionales que rigen el pensamiento, el lenguaje y la acción, normas éstas que los 'cuerdos' o 'conformes' produjeron tomándose como medida a sí mismos. Que discrepa con la mayoría; en resumen, extraordinario. Vale la pena declarar que la gente es declarada loca por funcionarios que carecen de certificados que demuestren su propia cordura."
Quizás en un tono intermedio se encuentran algunas definiciones en las que critica nuestra arraigada tendencia a ser muy duros en los juicios a los demás, y benévolos con nosotros mismos, así como ingratos...
Abominable: Carácter de las opiniones ajenas. Absurdo: El argumento de un oponente. Ausente: Expuesto a los ataques de amigos y conocidos; difamado; calumniado. Difamar: Adjudicar maliciosamente a otra persona los actos viciosos que uno mismo no se sintió tentado a cometer, o que no pudo cometer por falta de una oportunidad. Dogmático: Aquel cuya doctrina tiene el defecto de rivalizar con la nuestra. Favorecer: Crear un ingrato..
Y para terminar, un pasaje verdaderamente genial, en página 260 de la edición citada, en la entrada correspondiente a Satanás, incorpora el siguiente diálogo, imperdible:
Satanás (S): -Hay un favor que querría pedir.
Creador (C): - Habla.
S: - Creo que el hombre está por ser creado. Necesitará leyes.
C: - ¡Qué miserable! ¡ Tú, su adversario designado, cargado de odio a su alma desde los albores de la humanidad...! ¿Tú pides el derecho de hacer las leyes del hombre?
S: - Perdón. Lo que tengo que pedir es que al hombre se le permita hacerlas por sí mismo.
Y se ordenó que así fuera...
Me gustó
ResponderEliminar