lunes, 5 de enero de 2015

"LA CINTA BLANCA": REPRESIÓN TRAE PERVERSIÓN...

Conceptos entretejidos por el psicoanálisis, desde el padre Freud, y que en imágenes tan impecables (en blanco y negro) como subyugantes, Michael Haneke nos muestra en La cinta blanca (2009). Película no fácil de encontrar en video, por su densidad, por su dureza; indigesta (pretender verla acompañada de nachos, palomitas o similares es casi seguro el vómito).

Vivimos tiempos en que la educación se ha deteriorado por falta de autoridad, de disciplina, de esfuerzo, de compromiso. Valores en baja tanto en educadores como en padres de familia; luego, en consecuencia, en los alumnos: Menos esforzados, menos disciplinados, menos comprometidos, etc. Ahora bien, en el otro extremo del péndulo, el autoritarismo, la exigencia de una disciplina feroz que cae en la humillación, la represión acompañada de purificadores castigos físicos por supuestas indisciplinas. Eso, lo dice el psicoanálisis, lo dice Haneke, genera conductas perversas, esto es, la maldad oculta, las conductas más aberrantes a escondidas, por debajo de una apariencia tranquila y armoniosa.

La acción se desarrolla en un pueblo agrícola del norte de Alemania, antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. Los niños sometidos a ese régimen represivo no fueron a la guerra, claro está; pero sí serán -concluyo- los que, ya adultos, quince años después impulsarán a Hitler al poder. Se habrán convertido a la expresión política más perversa de la historia: el nazismo.

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