Por forma y fondo es una película que no puede dejarte indiferente; así pues, rápido tomo boli y papel, junto a un buen café y una especie de lionesa (en Costa Rica ha pegado el concepto de éclaire) rellena de nutella, a la salida del cine...
Primero, la paradoja: Cuánto más perfecta es la tecnología mayores los problemas inesperados que trae consigo o, peor por más inmediato, la capacidad para crearlos, si se diseña para perverso fin.
Segundo, profundizamos la paradoja: Se crea la tecnología para que esté a nuestro servicio, para facilitar también todo tipo de control, desde operativo en una fábrica...a policial...Pero, de nuevo, en el camino de hacerla cada vez más perfecta y "humana" puede llegar el momento, estrenado en la inigualable 2001, una odisea del espacio, en donde se cambian los roles: ¿Quién pasa a controlar a quién? El sirviente va deviniendo amo...
Sean los simios (en la saga correspondiente), sean los replicantes (en Blade Runner), ellos pueden llegar a ser los esclavos convertidos en amos. Antes del cataclismo que pudiera abrir ese dominio, esa nueva hegemonía, los gobiernos se irán haciendo cada vez más autoritarios en nombre de la seguridad ante las amenazas: De momento ni de simios ni de replicantes, sino de yihadistas, refugiados e inmigrantes...La escoria de un mundo feliz en donde podemos tener miles de amigos en las redes sociales, variedad de escapes al estilo sexo, drogas y rock&roll...Uuhhmm eso es puro siglo XX, pienso en una versión post-moderna, ¿será sexting, meta y grunge? (que alguien me actualice por favor) y mucho, mucho, espectáculo: Circo romano, digo, global; algún rollerball puede ser...de momento muchísima Champions...
Un mundo que le da la espalda a la historia, a lo sumo la que Google nos dispense entre anuncio y anuncio...Un perenne presente en donde las experiencias son tan efímeras como las que el Mercadeo supuestamente más avanzado ha convertido en un mantra: "Vamos a mejorar la experiencia de compra y consumo de nuestra clientela...". En cuanto al futuro, ni hablar, a lo sumo el finde...
Y un último apunte: Lo que jamás logrará la tecnología es insuflar alma a un cuerpo por perfecto que éste sea. Memorable escena de Rick Deckard (Harrison Ford) mirando fijamente a los ojos de Rachael (Sean Young) en una reedición de la replicante de la que se enamora en la primera película..¿qué pasa, qué siente?...los ojos no son verdes...
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