Las películas sobre venganzas suelen ser baños de sangre. Hay venganzas más sutiles y, a la vez, más crueles pues duran más sus efectos. Recuerdo la reseñada aquí, "The gift", entrada de 18-12-15. En "Wind River" (Taylor Sheridan, EE.UU. 2017) la peculiaridad es que sí hay muerte rápida, pero sin asesinato propiamente dicho. Causa el placer propio de ver cumplido el deseo de que el malvado pague rápido por su delito, sin esperar que actúe la justicia (pienso que siempre nos quedaría Dexter, entradas de 2-7-11 y, especialmente la de 4-4-15, creo que es mi preferida de todo lo que escrito en este blog...).
La película sucede en una reserva india en Wyoming, eso da para mucha filosofía de la vida, varios diálogos contienen reflexiones muy valiosas. Me quedo con la de la suerte...no existe, al menos en esos lares, es sólo un combate por la supervivencia, no la esperes...
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